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LA LEGION 527

>> Historia >> Actividades Elogio y Glosa emocionada del Teniente de Infantería José Espinosa de Orive Caballero Laureado y Héroe de La Legión D. Francisco Ángel CAÑ ETE PÁEZ Comandante de Infantería retirado INTRODUCCIÓN La Cruz Laureada de San Fernando. La excelsa Cruz de las rojas espadas orlada de laureles, profunda y sentida aspiración de todos cuantos nos honramos en vestir el uniforme militar; y sin embargo, cuán difícil e inaccesible es el dintel angosto de la puerta que da acceso a tan prestigiosa Orden, toda vez que una inmensa mayoría de aquellos a quienes por su heroísmo en la campaña se la concedieron, lo fue “a título póstumo”. La Legión Española contaba entre sus preclaras fi las con veintidós Laureados, en cuyas hojas de servicios campeaba la anotación de “Heroico” en el apartado correspondiente al “Valor”. Y digo contaba, pues hace muy poco esa ilustre a la par que heroica nómina se ha visto incrementada en uno más, un Laureado que incomprensiblemente les había pasado desapercibido a todos los historiadores de La Legión, desde su primitiva denominación de Tercio de Extranjeros. Me estoy refi riendo al heroico capitán de complemento D. Eliseo Godoy Beltrán, al que le fue concedida la Laureada cuando vestía la franciscana camisa legionaria al mando de una Compañía de la Bandera de Carros de Combate de La Legión, y en la que encontraría la muerte en campaña un 12 de mayo de 1938. Pero estas líneas no están dedicadas al heroico Godoy Beltrán al que ya he rendido mi particular homenaje y con la satisfacción personal de ver que La Legión ya lo ha incorporado a su nómina de Laureados, que ya suman veintitrés. Estas emotivas líneas están dedicadas a ensalzar la memoria de un joven teniente de infantería, incluido en esa ilustre nómina y formado en las aulas del imperial alcázar toledano: D. José Espinosa de Orive, al que le fue concedida la Laureada por una Real Orden de 19 de julio de 1929, en aras al heroísmo demostrado como teniente del Tercio, en el combate librado el día 23 de septiembre de 1925, en el asalto al Monte Malmusi (Alhucemas), en el que encontró gloriosa muerte. 56 527 · II-2014


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