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Los beneficios son de enorme importancia: mayor capacidad cardiorrespiratoria, menor riesgo de enfermedades coronarias, disminución de la tensión arterial, prevención y disminución de trastornos respiratorios, del deterioro en el tejido muscular, mayor flexibilidad a cualquier edad, reducir peso y mantener el peso ideal. Favorece y aumenta la circulación en todo el organismo. Aumenta la elasticidad muscular y articular. Incrementa la fuerza y resistencia de los músculos. Colabora en la disminución del colesterol total y del colesterol LDL («malo») con aumento del colesterol HDL («bueno»). Mejora la tolerancia a la glucosa favoreciendo el tratamiento de la diabetes. Establece valores y modelos positivos. Aumenta la sensación de bienestar y disminuye el estrés mental (se produce liberación de endorfinas que favorecen el «sentirse bien» después del ejercicio), etc. Ahora bien, también se sabe que un abuso de los esteroides anabolizantes, un exceso de suplementos vitamínicos que, combinados con bebidas energéticas, aumenta el peligro, así como la asociación bebidas energéticas y alcohol puede provocar efectos indeseables para la salud. ESTILOS DE VIDA SALUDABLES Otra clave es la de llevar una alimentación equilibrada y saludable como se vio: los alimentos que deben ser ingeridos diariamente y que se incluyen en la base de la Pirámide de la Alimentación son cereales y derivados (pan, pasta, arroz), patatas, verduras, hortalizas, frutas, leche, derivados lácteos y aceite de oliva. Legumbres, frutos secos, pescados, huevos y carnes magras se deben tomar alternativamente varias veces a la semana. A través de numerosos estudios observacionales, se ha comprobado que los patrones alimentarios más cercanos a la Dieta Mediterránea, caracterizados por el consumo de frutas y verduras, hidratos de carbono complejos, frutos secos, legumbres, pescado, carnes blancas y, especialmente, la utilización del aceite de oliva virgen como fuente principal de grasa para cocinar y aliñar las comidas, así como un consumo bajo de grasas de origen animal y bollería industrial, se asocian a una disminución de la morbimortalidad sobretodo de la atribuible a la patología cardiovascular. Por tanto, algunas recomendaciones son: realiza como mínimo entre cuatro y cinco comidas diarias; come despacio y mastica bien; procura mantener tu peso estable; alimentos con poca grasa y poca sal; modera el consumo de carnes grasas, embutidos, pastelería, bollería, azúcares y bebidas azucaradas y sobretodo, modera el consumo de alcohol. Alcanzar un buen hábito del sueño es otra clave: dormir con sueño reparador, a ser posible a la misma hora, comprometiéndose a un mínimo de horas de sueño que, junto a trabajo, deporte y ocio con relaciones sociales que motivan, enriquecen y fortalecen a la persona de forma más completa. Otra clave es la de intentar relajarse, al menos una vez al día durante unos 15 ó 20 minutos desconectando de las actividades habituales (lectura, meditación, oyendo múscia). Hacer una buena gestión del estrés: manteniendo una mentalidad positiva, un excelente sentido del humor, al reír ejercitamos los músculos de la cara, favorece la empatía hacia los demás. Tener actividades compartidas con familia y amigos, favorece la comunicación, los lazos de amistad y nos aleja del estrés.


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