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EJERCITO DE TIERRA JULIO AGOSTO 2016

que se componían de tropas regulares y de milicias urbanas integradas por población que se había armado y organizado militarmente durante el curso de las invasiones; el proceso se ha conocido como «La Defensa». DESARROLLO DE LOS ACONTECIMIENTOS Una vez expuesto el marco referencial de las invasiones inglesas a Buenos Aires, del Río de la Plata, ocurridas durante los años 1806 y 1807, me centro directamente en el hecho que motiva el presente artículo. El general Santiago de Liniers1 nombra al teniente coronel Juan Martín de Pueyrredón como jefe de los Voluntarios de Caballería. De esas filas era parte don Martín Miguel de Güemes como cadete del Fijo2. Allí tendrá su bautismo de fuego en una operación inédita en la historia de la guerra. El capitán inglés Alejandro Gillespie3, integrante de las tropas invasoras y parte de la tripulación, relata: «…en ocasión en que el comodoro Pophan, comandante de la nave, pasa por Santa Elena con rumbo a Buenos Aires, recibe la orden de alistar como refuerzo a 100 soldados de la guarnición, con todos sus enseres de campaña y que se embarcaran en el Justina, barco mercante con 26 cañones. Este destacamento del Cuerpo de Santa Elena fue una adición valiosa, puesto que la mayoría de ellos eran artilleros y tiradores excelentes». Estos soldados, con gran experiencia de combate, venían de combatir y vencer a las tropas de Napoleón en San Juan de Acre. El momento en que el Justina es abordado y tomado frente a Buenos Aires es claramente redactado por el capitán Gillespie de la siguiente forma: «Había un buque mercante en este tiempo que se había acercado a la ciudad para traficar, que nos fue de utilidad esencial. El Justina, de 26 cañones, una vez alijado, fue tripulado con oficiales y 100 marineros de la escuadra, además de su dotación. El día de nuestra rendición peleó bien y con sus cañones impidieron todos los movimientos de los españoles no solamente en las playas, sino por las diferentes calles que ocupaban, también expuestas a su fuego. Este barco ofrece un “fenómeno en los acontecimientos militares”, el haber sido abordado y tomado por caballería al terminar el 12 108  REVISTA EJÉRCITO • N. 904 JULIO/AGOSTO • 2016 de agosto de 1806, a causa de una bajante súbita del Río de la Plata»4. El historiador tradicionalista argentino Pastor S. Obligado describe el hecho con más detalle: «Todos callaron atentos a la conversación de los jefes, cuando Liniers, acentuando observaciones por las que Concha le traía a lo alto de la batería, dijo “efectivamente parece estar varado…”. Y dando la vuelta, agregó: “¡A ver el catalejo!” Concluida su observación, al devolver el anteojo al ayudante más inmediato, dijo: “Ud. que siempre anda bien montado, galope por la orilla de la Alameda que ha de encontrar a Pueyrredón, acampado a la altura de la Batería Abascal, y comuníquele orden de avanzar soldados de Martín Miguel de Güemes


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