Page 47

EJERCITO DE TIERRA JULIO AGOSTO 2016

Instrucción y Adiestramiento Jornadas de tiro de combate REVISTA EJÉRCITO • N. 904 JULIO/AGOSTO • 2016  47  sorprendido si no fuera por esa maravilla llamada instinto? Si buscamos su definición podemos encontrar varias, dependiendo del diccionario en el que se busca o de a qué tipo de instinto se refiere. Incluso psicólogos de la talla de Sigmund Freud negaban que el ser humano tenga instinto, ya que, al no hacernos falta por motivos evolutivos, lo habríamos perdido y habríamos ganado otras características como, por ejemplo, la inteligencia o la intuición. El instinto formaría parte de la evolución, esa parte hereditaria ajena a la razón y más cercana a lo irracional que se encarga de la supervivencia automática de una especie: alimentación, alerta, perpetuación de la especie, etc. El instinto no se hace, con el instinto se nace. Otra cosa es que la forma de vida que llevemos (en nuestro caso el tipo de trabajo) haga que esté más o menos presente. Por otro lado tenemos la intuición, algo que podríamos denominar como un instinto racional. La intuición es esa parte de nosotros que deduce y saca conclusiones rápidamente sin que lo apreciemos; es un resultado generado por experiencias propias y suposiciones acumuladas aprendidas que nuestra mente extrapola para realizar o conseguir un resultado no planeado, viable y beneficioso sobre un hecho acaecido en el momento. Nos previene de elementos que no son claros o perceptibles por los otros sentidos, ya sea en tiempo o espacio. No se nace con intuición y, por lo tanto, es fruto de un entrenamiento desarrollado desde que nacemos; es ver un problema y tener automáticamente la solución sin haber realizado ningún planeamiento o acto de forma consciente para llevarlo a cabo. Todo esto nos lleva a la conclusión de que estamos alerta gracias al instinto pero actuamos por intuición. Así, se podría decir que el instinto nos ayuda a reaccionar ante un suceso que pudiera traernos consecuencias negativas pero que es la intuición lo que nos hace, en nuestro caso, actuar para conseguir unos objetivos determinados y deseados. Por lo tanto, se podría determinar la acción de disparar sobre un objetivo como una acción intuitiva. La intuición es la parte que nos interesa a la hora de disparar, ya que esto es una acción mecánica, no de alerta (instintiva), no es un acto que reciba información de fuera (de un elemento o acción que pueda tener consecuencias negativas


EJERCITO DE TIERRA JULIO AGOSTO 2016
To see the actual publication please follow the link above