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REVISTA GENERAL DE MARINA JULIO 2016

TEMAS GENERALES desguazaban naufragios ya habían sacado cañones de bronce de allí. Algunos de esos chatarreros incluso le comentaron que se los pagaban muy bien. Quedó claro, pues, que habría que volver. Ante este panorama, se instruyó a los miembros del Núcleo en Arqueología mediante unas conferencias y un prontuario (especie de manual), redactado por el propio comandante del Núcleo tras revisar varios libros sobre el tema. El nivel de preparación fue tal que incluso se dieron charlas de arqueología subacuática al público. Además, es preciso recordar que Feijóo es marino titulado superior, con estudios de Navegación, Hidrografía y Geodesia, y también se encargaría de levantar una rigurosa planimetría. Segunda intervención Ya con una idea clara de los trabajos a realizar, el Núcleo de Buceo de Ferrol se volvió a embarcar, esta vez en el Turia (P-54), del 6 al 11 de octubre de 1986, invirtiendo un día en llegar a Corcubión desde Ferrol, y otro para volver, por lo que solamente se trabajó durante cuatro días, del 7 al 10. El pecio estaba en una zona de arena, aunque había muchos restos en las rocas. Esto es un problema, porque la arena se mueve a merced del mar, siendo algo aleatorio si su nivel aumenta o disminuye, por lo que, lo que se excava hoy puede aparecer tapado mañana. Con gran ingenio, se pudo desarrollar una serie de herramientas para conseguir extraer la arena. Se usó una manga de succión (conocida vulgarmente como chupona) pero, por desgracia, todo indica que no había un tamiz (especie de filtro) a la salida, por lo que los pequeños objetos podrían haber sido aspirados inadvertidamente y depositados dentro del montículo de arena que genera este aparato. También se usó una lanza de agua, que es un chorro de agua a presión que aparta la arena, aunque los arqueólogos subacuáticos evitan su uso, pues se esparcen los pequeños objetos. Con esta maquinaria que, hay que reconocerlo, quizás no fuese la más adecuada, se dragó el 70 por 100 de la zona a explorar, dividida en cuadrículas. Se consiguió desenterrar parte del casco, pero la mayoría de los restos estaban en la roca. Se hizo un mapa sobre la dispersión de las piezas. Los trabajos fueron filmados pero, por desgracia, no he conseguido dar con dicha cinta. Las duras condiciones meteorológicas fueron empeorando, por lo que hubo que suspender la campaña antes de tiempo. Aún así se recuperó: — Un madero. — Un trozo de mármol rosa. — Siete balas de cañón (no se especifica si de hierro o de piedra). — Ciento treinta y seis monedas deterioradas. 32 Julio


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