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REVISTA GENERAL DE MARINA JULIO 2016

TEMAS PROFESIONALES superioridad en el enfrentamiento mediante la mejora de los procesos de decisión, y ya no tanto por la precisión de las armas, como receta única. Para garantizar la disuasión es necesario, además, utilizar unas herramientas que no estén a disposición de los potenciales adversarios o en las que exista una manifiesta superioridad tecnológica con respecto a ellos. En el third offset norteamericano, estas herramientas van a estar basadas en sistemas de inteligencia artificial, vehículos no tripulados de última generación, sistemas de decisión colaborativos hombre-máquina y redes de armas autónomas y protegidas, por citar las más importantes. Cada uno de estos campos da no para un artículo, sino para toda una enciclopedia, por lo que sería inútil tratar de entrar en mayores detalles explicativos. Para facilitar una rápida compresión de esta nueva generación tecnológica, podríamos decir que en el umbral más bajo de este tipo de sistemas situaríamos los nuevos modelos de automóvil que son capaces de aparcar solos, aunque si queremos echar a volar la imaginación podemos llegar hasta la trama de la conocida película Terminator, en la que un robot, con gran capacidad de destrucción, es programado para aprender y tomar soluciones basadas en la observación del mundo circundante. No es para tanto, pero por ahí van las cosas. Basadas, por ejemplo, en la utilización de este tipo de tecnología, se han realizado simulaciones enfrentando a algunos de los aviones de caza más avanzados del momento en combate BVR (Beyond Visual Range). Suponiendo alcances radar y de armas, iguales para todos los oponentes, el resultado de un enfrentamiento sin tecnología third offset es el de una situación final de empate, en la que todos los aviones de uno u otro bando terminan derribados. Todavía existe una ligera superioridad norteamericana, pero no como para garantizar una victoria total y absoluta que asegure la disuasión, entendida dentro del ámbito exclusivo de la aviación de combate, claro está. Un dispositivo de combate aéreo third offset, para empezar, no se basaría únicamente en aviones de combate, sino que incluiría vehículos aéreos no tripulados (UAV, con un coste de ciclo de vida muchísimo más barato) y estaciones de tierra. Pero no solamnete es eso, las decisiones de los pilotos no se basarían únicamente en la información presentada por sus radares ni en las órdenes recibidas de los controladores de interceptación, sino en las recomendaciones proporcionadas por sistemas de inteligencia artificial. Como resultado, la misma simulación realizada bajo estas circunstancias arroja un desenlace sorprendente en el que solamente una aeronave propia es derribada, tal vez un UAV, mientras que el enemigo pierde la totalidad de sus aviones. Y es que, incluso para una mente ágil y preparada, capaz de comprender la situación táctica que le proporciona su sistema de combate y actuar en consecuencia, existe un límite de cálculo, el del cerebro humano. Un sistema de inteligencia artificial, por el contrario, puede calcular en unos breves instantes la suma total de las posiciones de los blancos, radios de armas, la cinemática 2016 89


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