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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL JUNIO 2016

con éxito sus nuevas responsabilidades. Ninguno pensó entonces cuáles serían sus posibilidades profesionales o cuáles de ellos llegarían a tenientes generales. Su ilusión estaba puesta en aquella sección de La Legión, en esa unidad de carros de combate, en los sirvientes de aquellas piezas de artillería que esperaban a su nuevo oficial… Sin embargo, creo que se podrían extraer unas orientaciones de este estudio descriptivo para que los actuales jóvenes oficiales tuvieran una idea, aunque aproximada, de cuáles de ellos y por qué motivos podrían estar llamados a ocupar los altos cargos de la cúpula militar. Considerando la estadística de las primeras 28 promociones de la Tercera Época sabrían, por ejemplo, que para llegar a esos puestos no hay que ser ningún superdotado o que la edad de los tenientes generales se correspondería con la media de su promoción. Por otro lado, conocerían que sus posibilidades de ascenso no estarían mediatizadas por la profesión de su padre. Sabrían también que dos de cada tres de los que accedan al generalato saldrían del primer tercio de la promoción y que nada menos que cuatro de cada cinco tenientes generales procederían probablemente del mismo bloque o que los cursos de perfeccionamiento, capacitación y el idioma inglés serían factores que tener muy en cuenta para el ascenso. Finalmente, dos orientaciones se podrían dar a los tenientes recién egresados de las academias militares: la primera, que no dejen, si es posible, de hacer el curso de EM, y la segunda que alcancen un buen nivel de inglés. En cuanto a los destinos, deberían recordar que la Brigada de la Legión, la Brigada Paracaidista y las Tropas de Montaña han sido, hasta la 28, viveros de tenientes generales. Finalmente, una carrera equilibrada entre destinos en unidades, como las citadas, y destinos de EM, en el EMACON o en otros de alto nivel, es la marca media de los tenientes generales que, además, deben reunir en sus hojas de servicio destinos en operaciones internacionales en el exterior. Tras repasar las hojas de servicio de los 105 tenientes generales que he analizado, creo que destacaría dos aspectos: el primero sería la extraordinaria capacitación profesional de los seleccionados, lo que demuestra la bondad de los procesos de elección en el ámbito del Consejo 36  REVISTA EJÉRCITO • N. 903 JUNIO • 2016 Superior del Ejército durante el periodo estudiado; y el segundo que sus condiciones, capacitación profesional y perfil de carrera no fueron muy distintos de los de otros oficiales que no alcanzaron altos cargos en el Ejército, sino que la combinación de preparación y oportunidad de los que sí llegaron se unieron para darles el empuje que les llevó a los empleos superiores. Por suerte, no son supermanes. Por tanto, y resumiendo aún más lo que considero el resultado de toda la investigación: 105 oficiales excelentes, tanto como para felicitarnos por el nivel de nuestras cúpulas militares, pero al fin, 105 oficiales más como tantos de sus compañeros de la Tercera Época, aunque solo ellos se convirtieran en su momento en nuestros 105 tenientes generales. Estoy convencido de que, si tuvieran ocasión de hacerlo, ellos mismos también lo confirmarían. España, guía de nuestros soldados NOTAS 1  Busquets, Julio: El militar de carrera en España. Colección Demos, Ediciones Ariel, Esplugues de Llobregat, Barcelona. 1967. 2  Busquets, Julio: Ibídem. 3  Anuario Estadístico Militar. Año 1976. Alto Estado Mayor. Servicio de Estadística Militar. 4  Casi por norma, salían cada año dos o tres perdigones (repetidores de curso) y ningún galonista (primeros números de la promoción) en ciertas clases con profesores muy exigentes y los números opuestos en la clase de al lado, con otro cuadro de profesores más benignos.


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