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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL JUNIO 2016

KOSOVO Y CRIMEA. PANDORA Y PROCUSTO 4  REVISTA EJÉRCITO • N. 903 JUNIO • 2016 secreto era que el malvado Procusto tenía dos camas, una pequeña en la que acostaba a los altos y otra grande donde acababan los bajitos. La «cama de Procusto» es el nombre que se le ha dado a aquella falacia en virtud de la cual se manipulan los datos para adaptarlos a objetivos o hipótesis previas. DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO La naturaleza de las normas del Derecho Internacional Público (DIP) y su obligatoriedad ha sido y seguirá siendo una cuestión sujeta a interminables y sesudas discusiones. Centrándonos en el papel de Naciones Unidas, el debate se focaliza sobre el carácter vinculante de sus resoluciones (Asamblea General, Consejo de Seguridad y Corte Internacional de Justicia). Para comenzar, veamos lo que dice la propia Carta de Naciones Unidas (cuadro 1). Antonio Esteban López. Coronel. Infantería. DEM ANTECEDENTES MITOLÓGICOS Comenzamos con Pandora y Procusto, mitos griegos que, aunque pudieran parecer desubicados y extemporáneos, nos servirán más tarde para provocar la reflexión sobre algunos asuntos. Pandora Zeus creo a Pandora para castigo de la humanidad. En un principio las desgracias se hallaban encerradas en una caja, por lo que la humanidad podía disfrutar de una eterna felicidad. Pandora recibió en custodia la caja con estrictas instrucciones de no abrirla jamás. Sin embargo, la curiosidad le pudo y, pensando que nada grave podía ocurrir, la abrió para ver qué había dentro. Las desgracias salieron en tropel y los males se esparcieron por el mundo. En la actualidad, «abrir la caja de Pandora» es una expresión común que se utiliza para alertar sobre la peligrosidad de ciertas acciones que, aunque en principio parezcan intrascendentes, pueden acarrear consecuencias altamente perniciosas. Procusto Este personaje, hijo de Poseidón, simulaba regentar una hospedería donde ofrecía posada a los viajeros con la oculta y pérfida intención de torturarlos y mutilarlos. Para justificar sus acciones, el terrible anfitrión argumentaba que las mutilaciones solo se efectuaban para cuadrar el tamaño del huésped con el de la cama. A los que por su estatura excedían las dimensiones de esta les cortaba los miembros que sobresalían y a los bajos los descoyuntaba alargando sus extremidades hasta que estas alcanzaban los bordes del fatídico lecho. El caso es que, misteriosamente, nadie salía indemne, fuese cual fuese su talla. El CUADRO 1. Carta de Naciones Unidas. Art. 10 y 25


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