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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 900

SECCIONES FIJAS REVISTA EJÉRCITO • N. 900 ABRIL • 2016  131  pagara tributos era infinitamente más beneficioso que concentrar tropas para reconquistar un territorio que, por otro lado, sería muy difícil controlar y repoblar. La tercera razón de la supervivencia de Granada concernía a las propias cualidades del reino: rico en campo y comercio, acercándose ora a tal o cual reino cristiano, ora a los musulmanes del otro lado del estrecho, los nazaríes supieron construir un próspero espacio político, económico y militar. No obstante, nunca dejó de haber escaramuzas en las fronteras, pero todos se cuidaron mucho de que los conflictos no escalaran hasta la dimensión de guerra propiamente dicha. Todo esto fue cambiando progresivamente a lo largo del siglo XV. Por una parte, los clanes que hasta entonces se habían repartido el poder en Granada entraban en guerra abierta entre sí. Por otra, los reinos cristianos, unificados a partir del matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, afrontaban una visión nueva, ya propiamente moderna, que empujaba a recuperar todo el espacio peninsular. España es una evidencia geográfica: la península ibérica y por ello los Reyes Católicos tratarán sin pausa de acercarse a Portugal a través de tratados matrimoniales y, en la misma perspectiva, verán en la reconquista de Granada una exigencia natural de su proyecto político. Añadamos el impulso religioso de recuperación de la vieja Hispania cristiana (un elemento crucial en la mentalidad de aquel tiempo) y, cuestión no menor, la conveniencia política de mantener atareada a la nobleza del reino en empresas guerreras, maniobra esta que Maquiavelo encomió en Fernando Aragón. Si sumamos todos los factores, la guerra en Granada era inevitable. Ahora bien, la conquista de Granada era cualquier cosa menos un paseo militar: la geografía del Reino nazarí, llena de serranías, impedía librar grandes batallas campales. Al contrario, la tónica en esta guerra será una sucesión de largos episodios de sitio y asedio de fortalezas, al típico estilo medieval, combinados con correrías en campo enemigo para hacerse con víveres y volver después a las propias líneas. Las tropas se organizaban al empezar la primavera y combatían hasta que entra el otoño; se retiran en invierno y, en primavera, otra vez a la pelea. A veces los cristianos se cobrarán la pieza, como cuando se conquista Baza o Alhama; otras veces los frentes estarán paralizados durante meses. Granada caería en el invierno de 1491 después de que Boabdil negociara en secreto con los Reyes Católicos la rendición de la ciudad. El 25 de abril de 1491 se firmaron en Santa Fe los tres documentos que contenían las capitulaciones de Granada y el 2 de enero de 1492 Boabdil entregó las llaves de la fortaleza al gran comendador de León, Don Gutierre de Cárdenas, en la torre de Comares. Seguidamente, el conde de Tendilla y sus tropas penetraron en la ciudad. El 6 de enero de 1492 los Reyes Católicos hicieron su entrada en Granada y organizaron allí su administración. La rendición de Granada


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