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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 900

Carro británico hacia 1918 Por lo que se refiere a las aportaciones relativas a los procedimientos, cabe destacar el aprovechamiento del terreno, la superioridad de la ofensiva y la organización de las unidades. Del aprovechamiento del terreno hay que señalar que, aunque siempre fue un aspecto muy importante para la infantería, adquirió un valor excepcional para encontrar solución a las dificultades que planteaban los fuegos de artillería y ametralladoras al avance de sus fusileros, totalmente impotentes para atravesar las zonas atrincheradas y batidas por ametralladoras6. Las posibilidades de la infantería tuvieron que ajustarse a las oportunidades que brindaba el terreno, por lo que sus cuatro misiones tácticas generales antes señaladas quedaron muy dependientes y ligadas para siempre a las posibilidades del entorno. Su estudio táctico detallado cobró tal valor que la solución del problema táctico para el infante, desde entonces, pasa por desentrañar las claves que encierra el terreno. En cuanto a los modos de la acción, el preferente (y prácticamente único) para la infantería siempre había sido la ofensiva. Desde el origen de la guerra, su combate lo resolvió con el asalto y el choque, y hasta en la resistencia con la lucha 80  REVISTA EJÉRCITO • N. 900 ABRIL • 2016 cuerpo a cuerpo, al fin y al cabo modo ofensivo. En 1916, cuando la infantería británica, a toque de silbato, salió de sus trincheras y adoptó apretadas formaciones en guerrilla y comenzó a avanzar, sufrió una gran masacre7. Y es que los eficaces efectos del fuego y las dificultades creadas por la alambrada redujeron totalmente la posibilidad de movimiento de la infantería y, con ello, su capacidad de maniobra, lo que dio lugar a la hegemonía táctica de la defensiva. Para la infantería era imperiosa la necesidad de recuperar el modo ofensivo que le devolviera su capacidad de maniobra. La solución principal se la proporcionó el carro de combate, pero también el hecho de que sus fusileros avanzasen como los fluidos, siguiendo las líneas de menor resistencia que ofrecía el terreno. La infantería incorporó la fluidez a sus características y consiguió hacer de la adecuada combinación de todas ellas (adherencia, movilidad, adaptación, versatilidad, flexibilidad, potencia de choque y fluidez) la clave de la infantería moderna. La infantería fue recuperando así la superioridad del modo ofensivo, incluso en el propio esfuerzo resistente, haciéndolo resolutivo con la reacción ofensiva o contraataque, como se reveló


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