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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 899

en superficie, sigue teniendo una indiscutible utilidad bajo tierra (además, los espacios subterráneos tienen unas reducidas dimensiones, por lo que resulta relativamente fácil establecer redes de telefonía tendiendo cable). −−Armamento. Los efectos de las armas en el interior de espacios cerrados son especialmente peligrosos y de difícil control. Los disparos de fusilería pueden afectar a las tropas propias, ya que los rebotes son múltiples e impredecibles. Igual o más peligroso resulta el empleo de armas y municiones de mayor potencia: la utilización de explosivos, granadas de mano, lanzagranadas, lanzacohetes, etc., puede provocar importantes daños colaterales no deseados y muy difíciles de prever y controlar (lesiones al personal y destrucciones en los propios espacios). El fusil resulta útil —aunque no totalmente apropiado— para combatir en este tipo de escenarios; los modelos cortos son más adecuados por su fácil transporte y manejo. La pistola puede adquirir un mayor protagonismo que en superficie, ya que pueden darse combates inopinados con un contacto muy próximo (cercano al cuerpo a cuerpo). Por las mismas razones, la escopeta puede ser de gran utilidad; la dispersión de los proyectiles (cartuchos de postas) permite cubrir amplios sectores y por ello este tipo de disparos es más eficiente en 84  REVISTA EJÉRCITO • N. 899 MARZO • 2016 El movimiento de una unidad bajo tierra puede convertirse en una actividad complicada y peligrosa aquellas situaciones donde resulta difícil o imposible hacer puntería y donde, por tanto, habrá que recurrir al disparo instintivo. El uso de armamento colectivo será, en general, excepcional. Las municiones explosivas pueden provocar desprendimientos y derrumbes, lo que puede afectar seriamente a la seguridad de la fuerza, a su movilidad y, en definitiva, al cumplimiento de la misión. Además, este tipo de municiones podría aumentar la polución interior, lo que dificultaría aún más la respiración y la observación. −−Óptica / iluminación. La oscuridad es, por razones obvias, una de las mayores dificultades del ambiente subterráneo. La oscuridad subterránea tiene unas características especiales: se trata de una oscuridad permanente y absoluta (no existe luz residual alguna). Esta inexistencia de luz residual impide la utilización de ciertos medios de visión nocturna cuyo funcionamiento se basa en la amplificación de pequeñas cantidades de energía luminosa. Los únicos sistemas que resultan eficaces en condiciones de oscuridad absoluta son los que se basan en la captación de radiaciones (infrarrojas u otras), complementados, si es posible, con iluminadores activos coherentes con el visor. La iluminación mediante sistemas Asegurar el enlace en el subsuelo resulta una tarea compleja, ya que la mayoría de los medios no funcionan en este entorno


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