El F-22 Raptor

REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 853

El primer cazador de quinta generación. El F-22 Raptor Javier Sánchez-Horneros Pérez En un escenario bélico, las operaciones aéreas son clave para la resolución favorable de la contienda, pudiendo llegar incluso a ser ganada gracias al poder aéreo como sucedió no hace tanto con la Guerra de Kosovo que tuvo lugar en la última década del siglo XX. Para ello, fue vital el disponer de la supremacía aérea, concepto que implica el control del cielo en un escenario de guerra dado, en cualquier momento y en cualquier lugar, evitando que aeronaves hostiles interfieran en operaciones aéreas y/o terrestres aliadas A comienzos de los años 80, era seguro que los soviéticos preparaban una respuesta a la introducción de los F-14, F-15, F-16 y F/A-18. Esa respuesta soviética daría lugar al Su-27, el Su-30 y el MiG 29 Fulcrum, a la que se le sumaban los indicios en materia de investigación de sistemas de búsqueda y seguimiento de objetivos en el casco y a la introducción a corto-medio plazo de misiles WVR (Within Visual Range) de guiado infrarrojo (IR) de gran angular de disparo (off boresight) –sería en R-73 Archer, uno de los primeros misiles aire-aire que acuñaron por sus capacidades el término “disparo por encima del hombro”–. A estos puntos, claves en el combate aire-aire, se les añadieron otros: el desarrollo de radares de alerta temprana (EW) de gran capacidad, estaciones SAM y armamento especializado en el ataque a bases aéreas. La USAF decidió, en 1982, que serían necesarias al menos, dos medidas: la primera sería potenciar, en materia de aviónica y capacidades, sus activos existentes: fruto de esa decisión nació el F-15E Strike Eagle y se le dotó al F-16 de una, en principio, discreta capacidad aire suelo que con el tiempo, evolucionó al avión multimisión que es hoy en día. La segunda, producir un nuevo caza de superioridad aérea, sucesor del F-15C, bajo el programa ATF. El resultado de ese programa fue el F-22 Raptor. EL F-22. ESTRUCTURA Y FUSELAJE El F-22 es posiblemente el avión de superioridad aérea por excelencia actual; tras una apariencia externa relativamente conservadora, esconde la que es posiblemente la mayor capacidad stealth actual, capacidad supercrucero de más de Mach 1.5 –se estima que la velocidad real podría estar comprendida entre Mach 1.6 y Mach 1.8–, supermaniobrabilidad, factores de carga de 9 Gs y alta maniobrabilidad a velocidades de 60 nudos –desarrollando un tonel a 60-70º de ángulo de ataque incluso en los vuelos del prototipo en 1990–. Lograr estas actuaciones implicaron desde fases tempranas el empleo de materiales de alta resistencia y bajo peso. Así, el F-22 está compuesto de titanio (40% del peso en vacío), materiales compuestos (24%) y aluminio (16%). Especial mención debe hacerse a la hora de hablar de los materiales compuestos, puesto que utiliza tanto resina epoxídica como matriz de bismaldeida (BMI), esta última de especial relevancia a la hora de desarrollar la capacidad supercrucero, dada la resistencia que presenta a las altas temperaturas generadas en la envolvente de vuelo del F-22A. o realicen misiones ofensivas de cualquier índole 380 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Mayo 2016


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