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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 327

del Batallón Mixto de Ingenieros de la Brigada. Parte de estos efectivos se destacaron asimismo en la inmediaciones de Shiladiza para dar seguridad al EMAT. Tres semanas más tarde, la Task Force Bravo reorganizó el despliegue en el área y a los españoles les correspondió ampliar su zona de acción. Una sección de la Agrupación Alcalá se desplazó hasta Darkarajan para prestar protección a un hospital civil. Los zapadores, provistos de las excavadoras, contribuyeron a levantar el tercer campo de refugiados de Zajo, con capacidad para 5.000 personas. Los siete helicópteros de las FAMET se utilizaron para transportar refugiados, evacuar casos urgentes, vigilar los alrededores de los campamentos y repartir la ayuda enviada por España, unas 1.000 toneladas entre alimentos, medicinas, ropa, mantas y otros productos. En esta operación colaboraron, además de los miembros de la Agrupación Alcalá, la Media Luna Roja turca y el personal de Naciones Unidas, que pronto saturaron sus canales de distribución y tuvieron que recurrir a las autoridades locales. En el cuartel general de Zajo se instaló un dispensario de urgencia donde el médico de la Brigada, auxiliado por el personal libre de servicio, atendía a cientos de pacientes. Este centro médico, que no estaba previsto, atendió más de 1.200 casos. Algunos oficiales se ocupaban de los niños que residían o deambulaban en los alrededores del cuartel, a quienes lavaban, vestían y daban de comer. En Shiladiza, el personal del EMAT, apoyado por una unidad quirúrgica francesa y un almacén de alimentos estadounidense, llegó a atender hasta 300 casos diarios, erradicó un brote de tifus y proporcionó alimentos a cientos de refugiados. «Las escasas condiciones de salubridad, la falta de alimentos y el terror que han vivido estas personas las ha destrozado Médicos y sanitarios del Escalón Avanzado trabajaban durante las 24 horas del día para atender a las personas evacuadas. —relataba el jefe del EMAT—. Quienes vuelven lo hacen en circunstancias físicas y psicológicas muy precarias». FIN DE LA OPERACIÓN Al cabo de tres meses, el panorama había cambiado en el Kurdistán iraquí, que de la desolación pasó a recuperar parte de su ritmo normal de vida. El 3 de junio, el jefe de las Fuerzas Armadas estadounidenses, general Colin Powell, anunció el fin de la presencia norteamericana en el norte de Irak. Pronto se inició el repliegue del resto de las fuerzas internacionales. Respecto al contingente español, tras el repliegue del EMAT, y con el apoyo de los Hércules, fue retirándose el resto de la Agrupación Alcalá. El 18 de junio, los helicópteros de las FAMET transportaron hasta la base turca de Silopi a gran parte de los paracaidistas. Desde Turquía, los miembros de la misión —salvo una compañía de la I Bandera de la BRIPAC, que permaneció en ese país hasta julio— regresaron el 24 de junio, a bordo de los buques de la Armada Contramaestre Casado y Castilla. Con el desfile de la Agrupación a su llegada al puerto de Valencia el 2 de julio finalizó el Plan Alto Tigris. RED / Fotos: Pepe Díaz El Kurdistán iraquí pasó de la desolación a recuperar parte de su ritmo normal de vida Abril 2016 Revista Española de Defensa 23


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