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REVISTA GENERAL DE MARINA OCTUBRE 2016

TEMAS PROFESIONALES también introduce una gran incertidumbre en las expectativas de nuestros hombres y mujeres, muy perniciosa para la moral. Pero, aunque nuestro sistema de evaluación fuese perfecto, nada cambiaría el hecho de que necesitamos más oficiales en los empleos inferiores que antes, y menos en los superiores. El sentimiento de fracaso va a continuar empapando a una gran parte de la organización y, a no ser que se tomen medidas para cambiar esta situación, a medio plazo el excedente de oficiales en los empleos superiores entorpecerá y podrá llegar a bloquear el progreso de los mejores candidatos para el ascenso de las siguientes promociones. La pregunta que debemos hacernos es si, tras el cambio de forma de la pirámide, nuestro actual modelo de gestión sigue siendo válido, o si por el contrario debemos ir hacia uno distinto que gestione de mejor manera las carreras y las expectativas de nuestros oficiales, condición esta indispensable para que sea sostenible en el tiempo. Se trataría de encontrar un sistema que, garantizando un número suficiente de oficiales en la base de la pirámide, proporcione un mecanismo que drene el excedente a lo largo de la carrera. Una vista a nuestro entorno puede ayudarnos, siempre que elijamos adecuadamente el espejo en el que mirarnos, pues de otro modo podríamos llegar a conclusiones erróneas. A los efectos que nos ocupan, podemos considerar que somos una de las «grandes» marinas occidentales, puesto que, con la excepción de la disuasión nuclear, tenemos la práctica totalidad de las capacidades navales: fuerza anfibia expedicionaria, apoyo logístico de combate, arma aérea, arma submarina, guerra naval especial, medidas contra minas… Esta variedad de capacidades es relevante, puesto que está directamente relacionada con la necesidad de especialización mencionada anteriormente. Si a estas consideraciones («grande » y de un régimen democrático) añadimos la ambición de compararnos con las mejores del mundo, el abanico de posibilidades se cierra considerablemente. Por otra parte, para nuestro análisis, el tamaño de la pirámide de las marinas con las que nos vamos a comparar no es tan importante, siempre que estemos en el mismo orden de magnitud (como hemos visto) y que su base sea mucho más grande que su altura: basta con que sean «pirámides semejantes». Para no alargar demasiado este artículo, nos centraremos en las marinas de los Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, porque con todas ellas tenemos, desde el pasado año, otro factor importante en común: nuestros oficiales tienen una titulación superior del sistema educativo general, aparte de la formación militar necesaria para su desempeño profesional. ¿Cómo gestionan estas marinas sus pirámides? Con matices y particularidades, las tres tienen el mismo modelo de gestión, entendida en su acepción más amplia: no todo el que sale de la academia o escuela naval va a dedicar toda su vida a la marina. Es más, la mayoría de ellos la abandonarán transcurrido un tiempo, que oscila entre los 12 años en el caso alemán y los 20 en el caso norteamericano. A partir de este momento, los 2016 491


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