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REVISTA GENERAL DE MARINA OCTUBRE 2016

TEMAS GENERALES La superación del reto El primer obstáculo fue administrativo, pues al ser aeronaves de matrícula civil pertenecientes a una empresa se les aplicaba el reglamento de Circulación Aérea que, entre otras cosas, impide salir de noche de un aeropuerto cerrado al tráfico y de un helipuerto. Al ser un servicio que no tenía precedentes en la Administración española, iniciado por una comunidad autónoma, cuyo gobierno era de distinto color político al del Estado, conseguir la Carta de Acuerdo que permitiera las operaciones H-24 no fue una tarea sencilla, teniendo que superar muchos recelos tanto políticos como técnicos por parte de la Dirección General de Aviación Civil y de otros departamentos, que se superaron a base de muchas conversaciones e informes, y a lo que sin duda ayudó bastante el ofrecimiento a la DGMM de que los medios de este nuevo servicio estarían a disposición del Centro Nacional de Coordinación de Salvamento, que podría activarlos para emergencias sin necesidad de tener que pedir autorización previa, con una simple llamada de solicitud al centro autonómico creado en esas fechas, denominado SOS Galicia. De esta manera, el responsable de actuar ante las emergencias marítimas en Galicia pasaba de tener un único helicóptero que operaba de orto a ocaso y con alto tiempo de respuesta a contar, además, con los dos primeros helicópteros que efectuaron salvamento marítimo nocturno en España. La llegada de los helicópteros y el comienzo del entrenamiento por un instructor noruego de los pilotos españoles asignados al servicio por la operadora disparó las alarmas del consultor, que había sido contratado por la Administración gallega como director técnico del servicio para su gestión, control y dirección. Los pilotos, aun estando habilitados en vuelo instrumental, carecían de experiencia de vuelo en condiciones meteorológicas instrumentales (IMC) y no tenían experiencia en operaciones SAR ni en vuelos prolongados sobre la mar y a gran distancia de la costa. Por su parte, la empresa adjudicataria tampoco tenía experiencia previa en este tipo de operaciones de vuelo ni contaba con un manual de operaciones SAR y procedimientos operativos estándar (SOP) asociados que sirviesen para formar, entrenar y efectuar misiones de salvamento. Por otro lado, el servicio comenzaba con dos helicópteros operativos H-24 y una tripulación formada por dos pilotos y el operador de grúa, teniendo asignados en total tres pilotos, tres copilotos y tres mecánicos/operadores de grúa, lo que sin duda era una condición muy precaria, pero no se pudo empezar de otra manera ante la falta de recursos adecuados en el mercado del helicóptero de esa época. Esto justificó que el propio director técnico también volase en aquellas misiones que lo exigiesen. El consultor sabía dónde estaba la respuesta a estas exigencias y a las carencias de la empresa adjudicataria y, no 444 Octubre


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