Respondiendo a nuevos retos El planeamiento de defensa en el siglo XXI Don Quijote de la Mancha. A CMODO DE INTRODUCCIÓN aído en el campo don Quijote, tras atacar con la lanza en ristre al primer molino que tenía delante, Sancho Panza trata de explicarle que a los que había alanceado eran molinos de viento y no gigantes. don Quijote le respondió “Calla amigo Sancho, que las cosas de la guerra, más que otras, están sujetas a continua mudanza”. Don Miguel de Cervantes cuando puso esas palabras en boca de don Quijote tenía un conocimiento de primera mano de las cosas de la guerra pues durante más de cinco años fue soldado encuadrado en varias compañías y había participado en numerosos combates. Entre ellos destacó la batalla de Lepanto en la que don Juan de Austria derrotó a los turcos el 7 de octubre de 1571. En esa gloriosa ocasión, Federico Yaniz Velasco General del Ejército del Aire (R) Cervantes combatió embarcado en una de las galeras mandadas por el Marqués de Santa Cruz. Cervantes siempre se mostró orgulloso de aquel lance en el que resultó herido y en sus obras resaltó siempre la importancia de la carrera de las armas. Ese amor por La superioridad de las armas empleadas marca la diferencia entre la victoria la milicia se refleja en la seriedad con la que Cervantes se pronuncia a través de don Quijote en el “curioso discurso que hizo de las armas y de las letras”. Sirvan estas líneas de recuerdo a tan ilustre soldado en el IV Centenario de su muerte en 1616. Como decía don Quijote con otras palabras, la evolución de las capacidades, o la derrota. las tácticas y las estrategias empleadas en las guerras ha sido continua a lo largo de los siglos. Desde los comienzos de la Historia, una buena organización y moral de las fuerzas combatientes han marcado la diferencia entre la derrota o la victoria. Las falanges macedonias, las legiones romanas o los tercios españoles con su mejor encuadre y gran disciplina superaron a las tropas adversarias. Sin embargo, en muchas ocasiones, la superioridad de las armas empleadas marcó la diferencia entre la victoria o la derrota. Empleando una de las armas más eficaces de la Edad Media, los arqueros medievales fueron capaces de decidir el resultado de muchas batallas. Luego llegaron el arcabuz, las armas de fuego y dando un gran salto, los carros de combate, la artillería pesada y sobre todo los aviones que cambiaron radicalmente el arte de la guerra. En el mar, desde el siglo VII AC, las trirremes griegas y después las romanas controlaron el mar Me- Bucker 181 de la II Guerra Mundial. 8 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Enero-Febrero 2017
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