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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 861

ESPACIO su reparación está prevista su puesta en órbita en marzo de 2018 y trabajará sobre el océano Pacífico. El tercer satélite de la serie deberá ser puesto en órbita entre finales de 2020 e inicios de 2021 para cubrir el territorio japonés. En fracaso ha terminado el ensayo de la tecnología de recogida de chatarra espacial que iba a realizar la nave de carga japonesa Kounotori-6. Tras situarse en una órbita por debajo de la Estación Espacial Internacional, debía haber desplegado un cable de 700 metros que frenaría las piezas de chatarra con la ayuda de una corriente eléctrica generada por el campo magnético de la Tierra, pero fue incapaz. Lanzada el 9 de diciembre a bordo del cohete H-IIB del Centro Espacial de Tanegashima, en el sur de Japón, la nave Kounotori-6 transportó a la Estación Espacial Internacional casi seis toneladas de carga, incluyendo microsatélites, pilas, agua potable y alimentos para la tripulación. La JAXA, la Agencia Espacial de Japón, tampoco consiguió poner en órbita el satélite que iba a bordo de un minicohete experimental debido a un fallo de comunicación. El cohete sonda modificado SS- 520 despegó desde el Centro Espacial de Uchinoura, en la prefectura de Kagoshima (suroeste). La ignición de la segunda etapa tuvo que ser abortada poco después de que se descubriera un fallo en el sistema de comunicación y que los datos que mostraban el estado del cohete habían dejado de recibirse. El cohete con su carga cayó al Océano Pacífico frente a la costa de Uchinoura. Con una longitud de 10 metros, un diámetro de 0,5 metros y un peso de 2,6 toneladas, el cohete iba a enviar un satélite geológico de reconocimiento y comunicación experimental al espacio, el TRICOM1 que, desarrollado por la Universidad de Tokio, pesaba alrededor de tres kilos y tiene una longitud de 35 centímetros. El costo total de desarrollo y lanzamiento del cohete y del satélite es sólo de unos 500 millones de yenes (4,37 millones de dólares), mucho menor que el de otros satélites de la JAXA. ., EE.UU. pone en órbita al satélite SBIRS GEO-3 Un cohete Atlas-5 (401) (AV-066) de United Launch Alliance lanzó a finales enero al tercer satélite militar de alerta inmediata estadounidense, el SBIRS GEO-3 (SV-4), llamado también USA-273. Este satélite forma parte de una red que proporciona a las comunidades de inteligencia y militares de EE.UU. y de sus aliados información rápida y precisa sobre lanzamientos de misiles enemigos. Se espera el envío al espacio de un cuarto SBIRS GEO hacia finales de año, para completar la constelación, y se están construyendo ya otros dos ejemplares para sustituir a los dos primeros a principios de la próxima década. Los satélites, que están diseñados para durar al menos 12 años, ha sido construido por la compañía Lockheed Martin sobre una plataforma A2100M y pesa unas 4 toneladas y media. El vuelo de este nuevo satélite, que costó a los militares alrededor de 1.200 millones de dólares incluyendo el lanzamiento, ha sido la primera de las 11 misiones previstas por United Launch Alliance para 2017. Venus une a Rusia y EE.UU. Las agencias espaciales de ., Rusia y EE.UU. están trabajando en “Venera-D”, una misión conjunta que estudiará en detalle a Venus, un planeta inhóspito para el ser humano. El tamaño del proyecto podría alcanzar un estatus similar al de otros proyectos de la NASA, como el rover marciano “Curiosity”, estimado en 2.500 millones de dólares. Los planes preliminares contemplan enviar una sonda orbital para estudiar el planeta durante tres años y mandar un módulo de descenso que, se espera, sobreviva al menos unas horas en la hostil atmósfera venusiana. Además se estudia emplear equipos más sofisticados, como sensores técnicamente más sencillos y duraderos que sean capaces de sobrevivir en la superficie hasta un mes, o, incluso, un aparato volador para recorrer los más habitables cielos del planeta ya que, según los científicos, en las zonas altas de la atmósfera de Venus podría haber vida. Rusia, que siendo la URSS logró aterrizar el primer aparato espacial en la superficie venusiana y sacar la única foto disponible del suelo del planeta, fabricará la sonda y el módulo de descenso y lanzará la misión usando el cohete Angara A5. La NASA contribuirá con equipos científicos y tecnológicos. El rover Opportunity de la NASA cumple 13 años en Marte La noche del 24 de enero de ., 2004 el rover Opportunity aterrizó en Marte, unas semanas después de que su gemelo, Spirit, aterrizara al otro lado del planeta. Pensado para durar solo tres meses este vehículo, que es ya el rover que más ha viajado por el suelo de otro mundo con sus casi 44 kilómetros recorridos. Su compañero dejó de comunicarse con la Tierra en marzo de 2010, después de atascarse en arena blanda y perder la habilidad de rastrear el sol con sus paneles solares, y la NASA lo declaró fuera de servicio en 2011. Opportunity, que tiene el tamaño de un carro de golf, es uno de los dos robots que hoy investigan la superficie de Marte. Le acompaña en la misión de determinar si Marte tuvo vida pasada o vestigios de agua otro rover de la NASA, el Curiosity, que llegó en 2012. El MER-B (Opportunity), aunque está limitado por tener un brazo robótico averiado y problemas con su memoria flash, la que almacena la información, ha estado el cráter Endeavour desde agosto de 2011. En próximos años llegarán a Marte dos nuevas misiones de la NASA, InSight, que estudiará la estructura interior del planeta, y Mars 2020, que buscará vida pasada en el planeta rojo. Venera-D. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Marzo 2017 157


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