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Ejército de Tierra español 897

Seguridad y Defensa REVISTA EJÉRCITO • N. 897 DICIEMBRE • 2015  9  preciso aclarar que tanto Irán como Arabia Saudí compiten desde hace décadas por la preponderancia en la región de Oriente Medio. Además, desde la firma del pacto antinuclear a mediados de este mismo año entre Irán y Estados Unidos, la relación entre Washington y Teherán ha abandonado el clima de tensión de antaño y está por ver cómo acabará afectando a Arabia Saudí este nuevo acercamiento por parte de la potencia hegemónica mundial hacia su principal enemigo. SISTEMA ACTUAL DE FINANCIACIÓN Comentados a grandes rasgos las principales ayudas que recibió en sus orígenes el Estado Islámico, es momento de analizar la situación actual en torno a su financiación. Desde el momento en el que Da’esh, acrónimo en árabe del Estado Islámico, se convirtió en una amenaza para el propio Occidente las ayudas dejaron de llegar, pero era demasiado tarde para controlar la situación. El Estado Islámico, desde entonces, ha buscado otras fuentes que le aporten los recursos económicos necesarios para mantener sus niveles logísticos y operativos. En la actualidad, el ISIS cuenta principalmente con cuatro tipos de recursos, de los cuales se hablará a continuación. Estos son las actividades contrabandistas, los impuestos recaudados, las donaciones anónimas y los ingresos obtenidos por el negocio del petróleo. Resulta evidente que no todos ellos aportan la misma dotación económica y que el oro negro supone la fuente de ingresos más importante para sus intereses. En primer lugar, se comentará la cuestión de los impuestos. A medida que el Estado Islámico se ha ido haciendo con el control de las distintas ciudades ha impuesto un régimen tributario en el que participa toda la población. En un principio este sistema funciona de la misma forma que los impuestos establecidos en cualquier ciudad. No obstante, estos resultan desmesurados para la propia población. Se encuentran casos en los que los propietarios de tiendas deben pagar un alquiler mensual que rondaría los 2.000 dólares, u orfebres que deben pagar un tercio de su productividad. Las empresas, de la misma forma, se ven obligadas a pagar grandes impuestos por el traslado de mercancías bajo riesgo de ser llamados por los tribunales de la sharia en caso de que incumplan su deber y con la posibilidad de que les impongan cuantiosas multas o penas con castigos físicos, como latigazos. En casos extremos, el culpable puede ser ajusticiado con la muerte. Todas estas recaudaciones suelen tener un precio más elevado en ciudades importantes, como la apreciada Mosul o Raqqa, considerada la capital del Califato. En el caso de la población cristiana que haya rechazado convertirse al Islam existe una alternativa a la muerte. Esta posibilidad consiste en el pago de un tributo a cambio de lo que el Estado Islámico ve como una protección hacia esta persona, la cual, si accede al pago del impuesto, no se verá perseguida. Este impuesto ronda aproximadamente los 250 dólares al mes, con variaciones según la actividad laboral desempeñada por el individuo, así como el reconocimiento que tenga dentro de la sociedad en la que convive. Es preciso comentar que todo Estado debe tener una base económica como resultado de la recaudación de impuestos y eso es lo que precisamente está llevando a cabo el Estado Islámico. No hay que olvidar que ISIS no es exclusivamente un grupo terrorista, sino que su objetivo es Sacerdotes cristiano-orientales


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