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Revista General de Marina 269 4 nov

TEMAS GENERALES otros doce barcos de la Compañía Trasmediterránea. Según el periódico, la encargada de organizar la red de información era la embajada francesa que desplazó a uno de sus agentes, Antoine Nait, a Barcelona, quien en conexión con el consulado general de la Ciudad Condal contactó con radiotelegrafistas de buques españoles a quienes ofrecía, bajo contrato escrito y firmado, una retribución económica de 500 pesetas mensuales (2) a cambio de información relativa a tres puntos esenciales, que podían obtener mientras ejercían su actividad laboral a bordo: avistamientos de submarinos, ataques de submarinos presenciados y localización de viajeros sospechosos. Mediante claves y consignas preestablecidas, estos tripulantes comunicaban por radiogramas a los servicios franceses la información obtenida. También debían revisar las listas de pasajeros de sus buques para informar si en ellos viajaban alemanes o austriacos. Además de los radiotelegrafistas de los buques de la Compañía Trasmediterránea, fueron contratados, según los rotativos citados, los de los vapores Montserrat, Infanta Isabel, Carolina, Ciudad de Cádiz, Catalina... Transcribimos literalmente algunos párrafos de uno de los contratos: «Yo, siendo telegrafista del vapor Lázaro matrícula de Valencia y de la Compañía Trasmediterránea estando en Barcelona los días 27 y 30 de marzo, me propuso el Sr. Ortega que entrara al servicio de los franceses cumpliendo unos trabajos de telegrafía relacionados con ellos... una vez aceptadas estas proposiciones de palabra me hicieron firmar una carta con el contenido que sigue... En la hoja con letras grandes estaba escrita a máquina y en la cabecera Consulat Francais a Barcelone, y a continuación y escrito en francés que traduzco al español lo siguiente: El señor L. Navarro, que tiene el certificado de radiotelegrafista expedido en el año 1914 y con cédula... se compromete mediante la cantidad de 500 pesetas mensuales a cumplir todas las instrucciones que de nosotros reciba, además de la primera, segunda y tercera anotadas anteriormente (se refiere a los tres puntos esenciales ya citados) y jura, bajo su palabra de honor, no decir nada del convenio hecho en esta fecha. Afirmo que estas declaraciones las he hecho de mi espontánea voluntad y sin presión de ninguna clase. Barcelona, 30 de marzo de 1918, L. Navarro». Los periódicos que dieron a conocer la noticia sufrieron denuncias y secuestros de sus ediciones, al entender las autoridades que sus comentarios podían acarrear fatales consecuencias para la neutralidad española. Pero también la prensa española destapó actividades de espionaje por parte de los Imperios Centrales, como los casos del capitán del puerto de Palamós y del comisario de policía de Barcelona, que tuvieron graves consecuencias. Ante (2) Como referencia, citar que el sueldo de un radiotelegrafista en los buques de la época se elevaba a 140 pesetas mensuales aproximadamente. 2015 661


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