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Revista General de Marina 269 4 nov

TEMAS GENERALES Debido a la estratégica posición de Cuba, históricamente reconocida como llave del golfo de México y centro de las rutas marítimas que cruzan el mar caribeño, fue de gran interés para los estadounidenses que la Marina de Guerra cubana estuviera en disposición de participar en la Batalla del Caribe cumpliendo misiones de escolta de convoyes de buques de transporte y patrullaje de las aguas adyacentes al archipiélago cubano. A esos efectos el vetusto crucero Cuba, que era el mayor buque de guerra del país, y el buque escuela Patria se enviaron a los astilleros navales de Galveston, Texas, donde fueron totalmente transformados y modernizados para poder ser empleados con eficiencia. Estos trabajos duraron casi un año. También los cañoneros Baire, Yara, Juan Bruno Zayas, Pinar del Río, 4 de Septiembre, Matanzas, Santa Clara, Camagüey, Oriente y Donativo, así como los buques auxiliares BA-1, BA-2, BA-3, BA-4, BA-5, BA-6 y BA-7, fueron modernizados en astilleros cubanos y norteamericanos. Como parte de los convenios antes citados, los Estados Unidos establecieron durante la guerra una Base Aérea en San Antonio de los Baños, a unos 20 km al sur de La Habana, y otra en San Julián, cerca del extremo occidental de Cuba. Además, construyeron un campo de aterrizaje en Camagüey, un apostadero para hidroaviones en cayo Francés, en la costa norte, y otro para dirigibles en la isla de Pinos, cuyo objetivo principal era la lucha antisubmarina. Otra de la medidas tomadas fue la de artillar a los buques mercantes de las naciones aliadas, entre ellas Cuba. En muchos casos las piezas de artillería instaladas en los mercantes eran operadas por personal norteamericano. Al mismo tiempo, mediante la Ley de Préstamos y Arriendos promulgada por la Administración norteamericana, se transfirieron a la Marina de Guerra cubana, en calidad de arriendo, 12 cazasubmarinos (4), con los que se constituyó una flotilla estructurada en cuatro escuadrillas de tres unidades cada una. Las tripulaciones de estos buques fueron preparadas en cursos rápidos de tres meses de duración en varias bases y centros de entrenamiento de los Estados Unidos. La Flotilla de Cazasubmarinos comenzó a operar en abril de 1943. Se le asignó la misión de escoltar a los buques mercantes que se movían entre los puertos cubanos, y una de las escuadrillas daba escolta, diariamente, al ferry Seatrain, que realizaba viajes entre La Habana y puertos de la Florida. Su (4) Eran buques construidos de madera, de 83 pies de eslora, 16 de manga y 4,5 de calado. Desplazaban 45 toneladas. Sus dos motores le permitían alcanzar una velocidad de 18 nudos. Su armamento consistía en una pieza de 20 mm y ocho cargas de profundidad, que podían graduarse para que hicieran explosión a profundidades entre 25 y 300 pies. Estaban dotados de medios hidroacústicos de detección (sónar). Su tripulación era de 12 hombres (comandante, segundo comandante, contramaestre, dos maquinistas, un timonel, un señalero, dos sonaristas, dos artilleros, un cocinero). Tenían una autonomía de tres días de navegación. 2015 675


Revista General de Marina 269 4 nov
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