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Revista General de Marina 269 4 nov

ESPIONAJE NAVAL EN ESPAÑA DURANTE LA GRAN GUERRA Manuel MAESTRO Presidente del Círculo Letras del Mar En Dios confiamos, a todos los demás los vigilamos. Lema no oficial de la Inteligencia americana A Gran Guerra llegó a alcanzar unas proporciones tan grandes que nadie en Europa pudo permanecer ajeno a ella. España no participó en la contienda, lo que no quiere decir que no sintiera sus efectos. Los españoles se dividieron en aliadófilos —bando compuesto fundamentalmente por liberales de izquierda— y germanófilos —apoyados sobre todo por la derecha— que no solamente establecían combates verbales en cafés y tabernas, sino que la intervención de algunos fue mucho más lejos y tuvo mayores consecuencias. Se dio incluso la paradoja de que el propio rey Alfonso XIII se encontró conviviendo con una austríaca, su madre la reina María Cristina, y una inglesa, su esposa la reina Victoria Eugenia. La posición española se define con una frase de Romanones: «La neutralidad no es un remedio; por el contrario, hay neutralidades que matan». También Aunós bordó la situación al afirmar que «España no quiso hacer la guerra, pero la guerra se le metió en casa». El Gobierno español, en cuanto tuvo noticia de que Alemania había declarado la guerra a Francia, el 7 de agosto de 1914 declaró su neutralidad; pero el concepto de neutral no estuvo nada claro para quienes nos hicieron víctimas con su actitud displicente y entrometida, o con sus torpedos. España perdió durante la contienda 72 barcos. La nación se benefició económicamente de la guerra, ya que las industrias de los beligerantes estaban paralizadas, cuando no destruidas. También el 2015 641


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