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Revista española de Defensa 324

Coordina: Elena Tarilonte etarilonte@red.comdef.es Fuego en diciembre La UME combate la oleada de incendios de la cornisa cantábrica Asturias, Cantabria, Navarra y el País Vasco han sufrido el pasado mes de diciembre una oleada de incendios poco usual en esta época del año. La existencia de más de un centenar de focos simultáneos hicieron necesaria la participación de la Unidad Militar de Emergencias que aportó cerca de 400 efectivos procedentes del BIEM V, con base en León, y del BIEM IV, de Zaragoza. Estaban alistados para intervenir en tormentas invernales severas y tuvieron que reconfigurar rápidamente sus equipos para intervenir en incendios forestales. El despliegue de la unidad comenzó el pasado 21 de diciembre en Asturias, con 98 militares que estuvieron apoyados por ocho autobombas, y en Cantabria, con 99, Pedro Puente Hoyos/EFE que realizaron funciones de ataque directo al fuego y defensa de municipios. Al mismo tiempo, 117 miembros de la UME llegaron a Navarra con cinco autobombas y un camión nodriza, y un hidroavión Canadair del Ejército del Aire realizó 15 descargas sobre los focos del fuego. Días más tarde, el 28, la UME regresó a la zona para sofocar los incendios que se mantenían activos en el norte de la península. En concreto trabajaron en Cabuérniga, Ramales y Bárcena Mayor (Cantabria) —en la fotografía— con 12 autobombas y dos vehículos nodriza. La zona donde desarrollaron su labor era muy escarpada y tuvieron que luchar contra una meteorología adversa, con mucho viento. Contaron con el apoyo, desde el aire, de tres aviones Canadair. Atentado en Kabul Dos policías nacionales mueren en la embajada española Isidro García Sanmartín, de 48 años y natural de La Bañeza (León), y Jorge García Tudela, de 45 y residente en Granada. Los dos eran policías nacionales y los dos fallecieron el pasado 11 de diciembre víctimas de un atentado terrorista perpetrado por talibanes junto a la embajada española en Kabul (Afganistán), donde realizaban tareas de seguridad. Según las primeras hipótesis, el primero murió a consecuencia de la explosión de un coche bomba situado en la puerta del complejo diplomático, formado por el edificio de la cancillería y dos viviendas. El segundo, a causa de los disparos de los atacantes en el interior del mismo. Sus familias, amigos, compañeros —entre ellos los siete policías supervivientes que se encontraban en la embajada— y las autoridades del país, con los Reyes a la cabeza, les rindieron un emotivo y merecido homenaje durante el funeral de Estado que tuvo lugar días más tarde en la explanada de la comisaría madrileña de Canillas. Durante el acto, el arzobispo castrense, Juan del Río, condenó estos atentados y calificó al terrorismo yihadista como «una blasfemia contra Dios» al tiempo que definió a las víctimas como «héroes de nuestra propia seguridad y del Estado», que «lucharon por la paz y se encontraron la guerra». Juan del Río aseguró en su homilía que el mejor homenaje a los policías «es que sigamos unidos los españoles» en la lucha contra el terror. Antes del oficio, el Rey Felipe VI impuso sobre los féretros de los dos agentes la medalla de oro al mérito policial concedida a título póstumo —en la fotografía—. Los restos mortales llegaron a Madrid a bordo de un avión del Ejército del Aire junto a los agentes que se encontraban de servicio en la embajada y el director general de la Policía, Ignacio Cosidó. En la base aérea de Torrejón de Ardoz les esperaba el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. En la misión que las Fuerzas Armadas desarrollan en Afganistán desde hace catorce años han participado cerca de 30.000 efectivos y ha sido la que ha registrado mayor número de bajas, más de un centenar. Actualmente, en la capital, Kabul, permanecen desplegados 21 militares. Ministerio del Interior Enero 2016 Revista Española de Defensa 47


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