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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 850

jornada de puertas abiertas en la Base Aérea de Alcantarilla. El público asistente pudo disfrutar con las evoluciones de los equipos operativos del EZAPAC, con la PAPEA, la Patrulla Aspa y la Patrulla Águila, además de conocer de primera mano el material con el que cuentan sus soldados en sus quehaceres diarios. Una vez más, fue un éxito de público y una nueva prueba de lo integrado que está el Ejército del Aire en Murcia, donde cuenta hasta con tres importantes instalaciones, ya que además de la propia Base de Alcantarilla está también en la Academia General del Aire y el EVA nº 13 en Sierra Espuña. CONCLUSIÓN Desde aquel lejano 1965 muchas cosas han cambiado. Nuestra Nación no tiene el mismo papel en el mundo, pasándose de un ejército basado en España a uno expedicionario ya experto y veterano en intervenir casi en cualquier territorio del planeta, formando parte de las principales organizaciones internacionales. Aquellos que nos precedieron en la EZAPAC y antes en el Primer Escuadrón poco podían imaginar en lo que años después se convertiría su unidad y todo el reconocimiento y méritos que iba a acumular y que se resumen en una sola palabra: prestigio. No obstante, el EZAPAC de los cincuenta años es una unidad también inconformista y que sabe que nunca se deja de mejorar. Todos sus componentes somos conscientes de lo difícil que es mantenerse en primera línea y de lo complicado que es dar siempre lo máximo cuando se espera siempre eso exactamente. Gracias a nuestros veteranos, aquellos que transmitieron nuestros valores de generación en generación, se ha llegado a cumplir medio siglo de vida como EZAPAC con el mismo espíritu de superación que ellos tuvieron. El futuro de la Unidad deberán escribirlo los zapadores actuales y los que vengan. Algunos estarán mucho tiempo, quizás toda su vida operativa, otros se quedarán unos años y otros, la mayoría, pasarán brevemente. Así ha sido desde el principio, ya que es un destino muy exigente en lo físico y, sobre todo, en lo mental, demandando además grandes periodos de tiempo lejos de los seres queridos. Tal vez la mayor lección que un zapador paracaidista pueda guardar consigo para siempre no radique solamente en todas las técnicas y conocimientos que aprenda, en los cursos a los que asista o en las misiones que se le encomienden. Todo ello son piezas del rompecabezas que conforma su personalidad y que le hace diferente, ya que como dice otra de las consignas paracaidistas, “no es la vida del paracaidista camino del regalo y deleite. Encierra grandes penalidades, trabajos, sacrificios, pero gloria también, como las rosas surgen entre espinas. No olvidar que el que sufre vence, y ese resistir y crecer de cada día es hoy la escuela del triunfo y mañana el camino del heroísmo”. Y es que, en definitiva, portar el emblema del EZAPAC en el brazo supone un compromiso con todas las tradiciones y la historia de Zapadores, algo que aprende por las buenas o por las malas aquel que decide luchar por quedarse y formar parte de algo tan grande. Y también implica algo mucho más importante, que es la responsabilidad de representar intachablemente los valores militares en los que todos creemos desde que sentimos jóvenes la llamada de la milicia y llevar con orgullo el nombre del Escuadrón allí donde se nos envíe. Y que dentro de cincuenta años, si seguimos en pie, podamos ver como nuestra pequeña contribución de hoy tiene su reflejo en los zapadores que aún están por nacer. • 93 Inicio del acto militar Homenaje a los caídos por España Foto de familia de las autoridades


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