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Ejército de Tierra español 898

PLANEAMIENTO Como en cualquier otra operación, todas aquellas derivadas de una gran emergencia o catástrofe requieren de una fase inicial de planeamiento, lo contrario está abocado al fracaso. Tal y como recogen los diferentes métodos de planeamiento, el ciclo se puede simplificar al máximo posible de manera que sea un proceso rápido, pero que considere todas las fases del mismo, donde muchas de ellas se van a ejecutar de manera casi inmediata. Esta rapidez, que puede ser de escasas horas, será posible cuando el nivel de instrucción de aquellos que van a liderar el grupo de planeamiento sea alto. Poder saltarse o simplificar alguna de las fases durante la aplicación de un método de planeamiento requiere un profundo conocimiento de este, que solo se adquiere por la continua práctica y aplicación del mismo, a través de la instrucción del Estado Mayor (EM). Como en todo proceso de planeamiento, en paralelo a este, y como parte del mismo, será necesaria la continua emisión de órdenes preparatorias, teniendo en cuenta que en este tipo de operaciones será clave el rápido despliegue de intervinientes, sin que deba ser retrasado por condicionante alguno. De cualquier modo, acorde con la secuencia habitual, la práctica totalidad de unidades estarán ya desplegadas sobre el terreno en un estadio previo de nivel 2. La declaración del nivel 3 no implicará tanto un incremento exponencial de medios, sino que demandará, fundamentalmente, una capacidad de planeamiento y conducción de nivel superior, con un incremento cualitativo en la coordinación, seguimiento y empleo equilibrado de los medios. El planeamiento es un paso previo imprescindible. Productos como la organización operativa, el diseño operacional o los cometidos que se den a las unidades subordinadas, son fruto del proceso de planeamiento y claves para afrontar con 42  REVISTA EJÉRCITO • N. 898 ENERO / FEBRERO • 2016 coherencia y garantías la ejecución y conducción de las operaciones. El diseño operacional debería ser un producto básico a obtener, una hoja de ruta que guíe la actuación de un gran número de intervinientes, dando coherencia al proceso de ejecución y sincronizando la suma de sinergias. En este nivel, a partir del establecimiento de una situación final deseada, se definen los objetivos para alcanzarla, a través de unas líneas de operaciones (LOO) que acotan, en cada una de ellas, las labores de la multitud de actores que intervienen, sincronizándolos dentro de la hoja de ruta que se está definiendo. A partir de aquí, es fundamental identificar en cada LOO los puntos decisivos que queremos marcar dentro de cada una, como pequeñas situaciones finales que guían el camino para conseguir los objetivos. Los puntos decisivos se alcanzarán mediante acciones, que acabarán asignadas como cometidos a aquellas unidades subordinadas contempladas en la organización operativa, y que se reflejarán en la correspondiente Orden de Operaciones (OPORD). Si bien ya es arriesgado efectuar un diseño operacional genérico sin un posible supuesto, ambientado en una gran catástrofe, mucho más osado sería el señalar un Centro de Gravedad (CoG), como aquel a través del cual se alcancen de manera casi inmediata los objetivos marcados para cada una de las LOO. Si la búsqueda de este CoG ya es un Ejercicio GAMMA “Daimiel 2015”


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