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Revista General de Marina 270_1

TEMAS PROFESIONALES El presidente Obama había expresado en una conferencia de prensa el 20 de agosto de 2012 que el uso e incluso el traslado de armas químicas en Siria constituía una «línea roja» que cambiaría sus «cálculos» sobre el conflicto, sin llegar a especificar las medidas a tomar (Obama, 2012). Pero cuando el presidente Hollande mantuvo la conversación telefónica con Obama, este último le comunicó que sometería la decisión de emprender un ataque contra Siria a una votación del Congreso estadounidense. El ataque francés fue cancelado. El 9 de septiembre en un rueda de prensa, al secretario de Estado estadounidense, John Kerry, se le preguntó si al régimen sirio le quedaba alguna alternativa para evitar lo que se presuponía era un inminente ataque. Kerry respondió que «podría entregar cada pedazo de su arsenal a la comunidad internacional la próxima semana» (Kerry, 2013). Rápidamente el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, se ofreció de intermediario y obtuvo una respuesta positiva del Gobierno sirio. Un acuerdo ruso-estadounidense fue firmado el 14 de septiembre en Ginebra por el que Siria se comprometía a presentar un inventario de sus armas químicas y se establecía un calendario para su destrucción (Ghotme y Ripoll, 2014: 59-60). La primera remesa fue trasladada fuera del país por el buque danés MV Ark Futura con escolta de las marinas rusa, británica, china, danesa y noruega, para luego hacer un transvase al buque auxiliar de la Marina estadounidense MV Cape Ray, que transportaba un sistema de hidrólisis desplegable de campaña que neutraliza armas químicas y las transforma en residuos industriales (Manning, 2014). Buque taller PM-56 de la Flota rusa del Mar Negro. 54 Enero-feb.


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