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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL MAYO 2016

SECCIONES FIJAS REVISTA EJÉRCITO • N. 902 MAYO • 2016  127  los acontecimientos en el futuro. Pero no hay duda que al evitar la creciente erosión del régimen, Moscú ha alterado el desarrollo de la guerra civil3, y al mismo tiempo ha enviado una señal al gobierno sirio para que acepte la negociación. En realidad los intereses rusos no son los mismos que los del presidente Assad. De hecho, la afirmación rusa de que los movimientos de la retirada de medios habían sido «coordinados » con Damasco y Teherán, no significa que les fueran consultados con anterioridad; lo más probable es que solo fueran informados en el último minuto. Esto no quita que Rusia siga prestando a Siria ayuda financiera, armamento, apoyo aéreo y planificación e inteligencia. Prueba de ello ha sido la reconquista de Palmira, y la posterior de Al Qaryatain4, que además de ser las primeras veces que Rusia actúa eficazmente contra Daesh, significan una derrota simbólica de los yihadistas. Objetivos alcanzados por Putin Es difícil saber los motivos que han inducido a Putin a tomar la decisión de retirar parte de las fuerzas de Siria, pero sí se puede analizar lo conseguido hasta el momento. En primer lugar, ha estabilizado el régimen de Assad, pero sobre todo, ha conseguido que se considere a Rusia como actor fundamental en O.M. un hecho que puede colaborar, además, a mejorar sus relaciones con Occidente y hacer olvidar, o al menos suavizar, las consecuencias de la crisis de Ucrania. Desde el punto de vista militar Rusia ha conseguido significativos logros. El primero, evitar el establecimiento en suelo sirio de una «zona de exclusión aérea» repetidamente propuesta por Turquía —teóricamente— para detener el flujo de refugiados5. También han cortado las rutas de abastecimiento rebelde y destruido parte de sus infraestructuras, en coordinación con las fuerzas sirias, iraníes y Hezbolá. Fruto de este apoyo al débil ejército sirio se ha podido recuperar Latakia, restaurar la comunicación con Alepo y liberar grandes zonas en Hama y Homs, desbloqueando la base aérea de Kweires. En definitiva, la campaña rusa no ha derrotado a los rebeldes, pero ha eclipsado cualquier ilusión de la oposición de que podían eliminar militarmente al régimen sirio. Además, como indican algunos analistas no hay retirada rusa, solo una reducción de la fuerza aérea en función de obtener réditos políticos. Rusia permanece y amplía, la base naval de Tartus y la aérea de Jmeymin, mantiene una fuerte defensa antiaérea con misiles S-400, y dispone de capacidades de control del espacio electromagnético. En tierra tiene un contingente de entre tres y seis mil hombres, entre asesores militares y tropas para protección de la fuerza. De los medios aéreos ha retirado Su-25 y Su-34 de ataque, cazas Su-30, Su-35 y de transporte Tu 154, pero mantiene 30 aviones de ala fija y ha desplegado helicópteros Mi-24N y Ka-526. Además, ha reforzado su fuerza naval en el Mediterráneo con una docena de buques, entre otros, la corbeta Zeleny Dol dotada de misiles Kalibr. En el campo diplomático, y en gran parte debido a las negociaciones con EEUU, Rusia ha conseguido dividir a la oposición en dos grupos: los que se sientan en la mesa de negociación y los excluidos, fundamentalmente DAESH, el Frente Al-Nursa y los kurdos del PYD. Con todo, la intervención rusa en Siria —y su retirada parcial—, no es tanto para salvar al propio Assad como para seguir jugando un papel decisivo en la próxima ronda de conversaciones de paz Ginebra II, donde Rusia puede hacer valer su carácter de actor global, que últimamente había perdido. La campaña siria también ha proporcionado a Putin otros réditos. Internamente ha conseguido levantar la moral de la población al reforzar su sentimiento patriótico erosionado por la debilidad de su economía. Y cara a la audiencia internacional ha mejorado la percepción de Putin como líder responsable. Si a esto se une, que ha podido mostrar al mundo los logros de su industria armamentista, al mismo tiempo que mejoraba el entrenamiento de sus fuerzas y probaba nuevas armas, se comprende que el resultado de la acción en Siria, de momento, es muy satisfactorio. En resumen, la jugada de Putin en Siria deja muchas preguntas sin respuesta, pero una cosa parece cierta, y es que Rusia ha aprendido la lección de Afganistán y la de EEUU en Irak… y mantiene abiertas todas las opciones en Siria. Finalizado por el autor: 5 de abril de 2016.


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