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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL MAYO 2016

abandonar el campo después de una semana de asedio. Es el 24 de abril de 1707. Los borbónicos, mientras tanto, han podido reagruparse. Precisamente en esa semana que Galway perdió en Villena. El jefe de los borbónicos, Berwick, ha acudido a Almansa, donde guarda un depósito de víveres. Es un lugar idóneo para reagrupar a su ejército, que se ha movido con rapidez. Galway se entera de que Berwick está allí. Ignora la dimensión de la fuerza enemiga, pero recibe informaciones prometedoras: Berwick —le cuentan— ha enviado a un ejército de 8.000 hombres para reconquistar Ayora. Y si las tropas borbónicas aún no se han reagrupado —cavila Galway—, si tampoco han recibido refuerzos franceses y, además, se han desprendido de 8.000 hombres para esa misión en Ayora, entonces nada le impedirá llegar a Almansa, sorprender al enemigo en inferioridad y asestarle un golpe decisivo en su principal punto de avituallamiento. El general austracista ordena marchar a toda prisa. A las 15 horas del 25 de abril, apenas un día después de abandonar los muros de Villena, las tropas de Galway llegan a Almansa. Vienen agotadas después de una marcha de 40 kilómetros. Son 42 batallones de infantería y 60 escuadrones de caballería (en total, unos 15.000 hombres según cálculos de la Real Academia de la Historia). Pero lo que Galway encuentra enfrente no es lo que esperaba: Berwick ha logrado reunir a toda su fuerza; para colmo de males, esos supuestos 8.000 efectivos que habían salido de la formación no eran en realidad más de 2.000. De manera que los borbónicos pueden alinear 50 batallones de infantería y 81 escuadrones de caballería (unos 25.000 hombres). Quien está en inferioridad no es Berwick, sino Galway. Cazador cazado. La batalla duró dos horas. Después de un breve intercambio artillero, la caballería de Berwick, más numerosa, atacó por su flanco derecho, envolvió la línea de Galway y rompió la formación enemiga por el centro. Ya fuera por el cansancio o por una mala dirección, las tropas de Galway no supieron moverse frente a esa maniobra: el flanco rodeado por la caballería borbónica huyó, el centro quedó atrapado entre dos frentes enemigos y el otro flanco permaneció impotente. A las 17 horas, los austracistas se rendían. «Fue una victoria completa —escribió Berwick—; perdió el enemigo cinco mil hombres e hicimos cerca de diez mil prisioneros. (...) En total perdimos dos mil hombres». ¿Y hubo españoles en esa batalla? Sí: todos en el bando borbónico, de composición mayoritariamente francesa. En el bando del muy católico archiduque de Austria combatieron los protestantes ingleses y holandeses. Galway, enfermo, aún pudo hacer una campaña más. Después volvió a Inglaterra. Berwick continuará la guerra hasta el sitio de Barcelona en 1714. Pero esa es otra batalla. REVISTA EJÉRCITO • N. 902 MAYO • 2016  139  SECCIONES FIJAS


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