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TIERRA EDICION DIGITAL 9

TIERRA Nº 9 | MARZO 2016 NACIONAL hubiéramos podido ni pensarla», reconoce Javier López Blanco. Desde el primer momento, el Departamento 50 de Comunicación del Ejército se ha encargado de coordinar esta colaboración, bajo la premisa habitual de coste cero para la Institución. Una de sus indicaciones fue que tomasen una asesor militar, y el recomendado fue el coronel Allúe —en la reserva, piloto y jefe del contingente español de helicópteros en Afganistán en 2005—. Esto les va a ayudar a que el producto sea atractivo para el público pero también fiel a los hechos. La película tiene un alto presupuesto y su director es Adolfo Martínez, afincado en Hollywood y con una amplia experiencia en rodajes de acción estadounidenses, como la super producción Terminator Salvation, en la que fue director de la 2ª Unidad. Inmersi ón en el am biente militar Los actores —encabezados por Ariadna Gil y donde hay rostros muy conocidos de la pequeña pantalla— han pasado entre dos y tres semanas en distintas unidades —las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET), la Brigada de la Legión (BRILEG) y, por parte del Ejército del Aire, la Unidad Médica de Apoyo al Despliegue— para tener los conocimientos necesarios para construir sus personajes. Por ejemplo, los que hacen de pilotos han probado los simuladores de helicópteros, o los que tienen el papel de legionarios, convivieron con sus homólogos en la vida real. «Hicieron vida con nosotros durante una semana; se cambiaban con nosotros, comían con nosotros, se instruían con nosotros… », explica el capitán Picazo, jefe de la compañía a la que le asignaron los actores y que también actúa como asesor en el rodaje. Su impresión es que los actores y los legionarios «han hecho muy buenas migas », algo que los actores confirman en sus declaraciones. «Ahora cuando escuche en las noticias que la Legión va a una misión complicada, ya me va a tocar en otro sitio», reconoce el actor Ismael Martínez, que encarna al cabo 1º Carranza, un tirador de precisión. Él ha tenido que “convertirse” en un tirador de Barret en unos días y es consciente de que, sin la ayuda de los militares, a los que ha «abrasado» a preguntas, no lo habría logrado. Sabe que la labor de un tirador de élite es «muy sacrificada, y su trabajo me parece digno de respeto». Un respeto y admiración en el que coincide Raúl Mérida, el teniente Conte en la ficción —un oficial que acaba de salir de la Academia, sin experiencia en misiones, y que se encuentra en medio de una situación muy complicada—. Para el actor también era el primer contacto con el mundo militar, y este rodaje ha cambiado «para bien» su visión. Lo mismo que le ha ocurrido al in


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