HISTORIA ABRIL 2016 | TIERRA Nº 10 que también les proporciona una serie de capacidades para la guerra: velocidad, movilidad y, sobre todo, potencia para el choque. Se cree que los antepasados del caballo actual surgieron en América del Norte y, desde allí, cruzaron a Asia a través de lo que hoy es el estrecho de Bering. Después, estos animales habrían llegado a Europa y África y, paradójicamente, se habrían extinguido del continente americano (el caballo, tal y como lo conocemos hoy, sería reintroducido allí por los conquistadores españoles). Durante la Prehistoria, los caballos eran cazados como muchos otros animales salvajes, pero posteriormente fueron domesticados y comenzaron a utilizarse para el desplazamiento de personas, el transporte de mercancías y, por supuesto, para la guerra. El ser humano aprendió a montar a caballo hace miles de años, así como a combatir desde carros tirados por estos animales, como se hacía en Mesopotamia o Egipto. A partir de ese momento, el caballo pasó a ser imprescindible en cualquier ejército, y los grandes imperios de la Antigüedad no hubieran podido forjarse sin unidades de jinetes. En Europa, la Edad Media fue la época dorada de la caballería, cuando una carga cerrada de caballeros con armaduras, lanzas y espadas, a lomos de caballos pesados, podía resultar decisiva en una batalla. En España, el caballo no fue desestimado como medio para el combate hasta mediados del siglo XX. Antes había escrito páginas tan gloriosas de nuestra historia militar como la del Regimiento de Cazadores de Alcántara, 14º de Caballería, que en 1921 cubrió la retirada de las tropas españolas durante el Desastre de Annual. Por esta heroica acción, el actualmente denominado Regimiento de Caballería Acorazado “Alcántara” nº 10 fue condecorado en 2012 con la Laureada Colectiva, la más alta recompensa que puede recibir una unidad. ¢ 81
TIERRA EDICION DIGITAL 10
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