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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 854

año siguiente queda finalista en el XXV aniversario del Plus Ultra y en 1962, el primer Premio “Cuatro Vientos” por trabajos radiofónicos. Las heridas de guerra no le impidieron que cultivara su pasión por el deporte, especialmente la pelota-pala y tenis. Invitado en numerosas ocasiones, por sus compañeros de Aviación a distintas celebraciones; sintiéndolo en el alma, siempre rehusó “sintiéndose indigno”. Adoraba a sus sobrinos de Bilbao; quienes de niños, habían perdido a su madre –su hermana– y desplazado de su San Sebastián, a casa de Gema –la mayor–, para pasar las fiestas, murió repentinamente el día de Navidad de 1985, a orillas del Nervión. Este cronista que trató a Juan José, lo recuerda como un auténtico caballero, quien, aunque tuviera el alma partida, nunca dejó entrever esa pena, sino sus gozosos recuerdos de su vida de aviador, sobresaliendo la encantadora persona que fue. Hace 90 años Homenaje Bilbao 29 junio 1926 El heroico mecánico Pedro Mariano Calvo quien, como se sabe, fue protagonista junto a su capitán Esteve de una terrible odisea en el vuelo a Filipinas, llegó por ferrocarril a la estación del Norte. Luego del emotivo encuentro con su madre y hermana –llantos desgarradores, lágrimas, sollozos y abrazos– y el entusiasta recibimiento a los sones de la Banda de Música en su Erandio natal, ha sido objeto hoy del homenaje de amigos y admiradores. Ha tenido lugar en el chacolí Jaureguizar de Archanda. A los postres, el alcalde de Erandio don Pascasio Echarri, se ha expresado con palabras de elogio al ilustre paisano, a quien angustiosamente se le dio por perdido y gracias a su fortaleza de espíritu felizmente lo tenemos hoy con nosotros. Calvo, conmovido y con su proverbial modestia, ha dirigido frases de entrañable admiración y agradecimiento hacía su compañero de odisea el capitán Esteve, terminando con vivas al Ejército y a España que fueron unánimemente contestados. Hace 60 años ¡Novedad editorial! Madrid 1 junio 1956 Fruto de un esfuerzo investigador que le ha llevado años, Miguel Sanchís, escritor aeronáutico, habitual colaborador de la Revista Avión, acaba de publicar “Alas rojas sobre España”. Se trata de un completísimo trabajo histórico sobre la Aviación Republicana, nunca publicado hasta ahora. Ordenado cronológicamente, contiene numerosos cuadros, de características y estadísticas, a más de un centenar de documentos gráficos –aviones principalmente– inéditos en su mayoría. Curso de hidros Aunas semanas del comienzo de aquella dramática guerra que enfrentó a los españoles, en la fotografía vemos a un puñado de aviadores, navegando apaciblemente a bordo de un velero. Acababan de terminar un curso de hidroaviones en la Escuela de la Aeronáutica Naval de Barcelona, que les había llevado los meses de mayo y junio de 1936 y muy pronto, algunos iban a volar al mas allá. De izquierda a derecha; los tenientes Javier Murcia Rubio, Narciso Bermúdez de Castro, José Álvarez Pardo; tras él, tan solo se ve su gorra, Miguel Guerrero García; Eustaquio Ruiz de Alda Migueleiz y ¿un marino? Falta, Ramiro Pascual, quien, quizás, tomó la foto. Recordémoslos. De ellos, cuatro fueron a la caza; Narciso, uno de los pioneros de la “Patrulla Azul”, inmortalizado en su célebre emblema por la avutarda, dada su corpulencia y pelo rubio, obtuvo cuatro victorias. Siendo capitán, y volando Fiat murió derribado en combate el 12 de julio de 1937. Fue el primer caído del Grupo Morato y, a título póstumo, le fue concedido el ascenso a comandante y la Medalla Militar individual. Javier Murcia y Miguel Guerrero, cazadores también, tuvieron más suerte y sobrevivieron la guerra con 5 y 13 victorias respectivamente, lo que le supuso a Guerrero la Medalla Militar individual. No nos resistimos a contar que éste, a quien dada su gruesa constitución, jocosamente decía lo metían en la cabina del “Chirri” con calzador, Morato le dedicó un retrato con la siguiente leyenda: Miguelón, ingrávido en el aire, no hay quien te muerda la cola. Murcia, mandó la 5ª Escuadrilla Expedicionaria a Rusia y años después, con la modernización del Ejército del Aire, los dos –que ya no eran tan jóvenes– hicieron el curso de reactores, se soltaron en el “Sabre” y mandaron sucesivamente el Ala de Caza nº 1. Ambos protagonizaron una brillante carrera, alcanzando relevantes puestos, siendo recompensados con la Medalla Aérea. Ruiz de Alda se incorporó a los trimotores de bombardeo Junkers en los que muy pronto, el 26 de septiembre de 1936, perdería la vida al caer derribado por la caza su avión sobre Bargas (Toledo); con él cayeron cuatro tripulantes, salvándose milagrosamente en paracaídas el radio San Juan quien fue hecho prisionero. A Eustaquio se le concedió a título póstumo la Medalla Militar y el ascenso. Su hermano Julio, el célebre copiloto del “Plus Ultra”, ya había sido asesinado en la madrileña Cárcel Modelo el mes anterior. Un año después, moría el tercer hermano, Mariano, alférez en los Heinkel 51, al ser derribado en Belchite el 2 de septiembre de 1937. Álvarez Pardo, conocido cariñosamente como “El Rubichi”, había volado en los Breguet XIX de Logroño y de la Escuela de Observadores de Cuatro Vientos. En la guerra, luego de pasar por los “Pavas” (He-46) y Junkers, voló en los hidros Dornier Wal. Su hermano Félix, teniente provisional tripulante, cayó junto a su tripulación, cuando en la Batalla de Brunete el Junkers explotó en el aire, por un defecto de las espoletas eléctricas de las bombas. El Rubichi”, dada su formación intelectual, ocupó destinos docentes como la Academia de Aviación, las Escuelas Superiores del Aire (de la que sería director) y del Ejército y la Escuela de Cooperación Aeroterrestre. Fue agregado aéreo a la Embajada de España en París, jefe de la Base Aérea de Alcalá de Henares y otros destacados puestos. Director general Servicios del Ministerio del Aire con el empleo de teniente general, pasó a la reserva en 1985. Por último, Ramiro Pascual, quien como virtuoso acróbata, podía haber tenido grandes posibilidades de éxito en la caza, debido a su salud, resentida a raíz del grave accidente que había sufrido en una exhibición acrobática en Albacete, apenas llegó a volar. Ya avanzada la paz consiguió su incorporación a la Escala del Aire, mandó el Ala nº 43 de Cazabombardeo, la Aviación Táctica, y como colofón, la jefatura del EM del Aire. En el aspecto deportivo, por el que tanto se interesó, sería nombrado, por unanimidad y aclamación, presidente del Real Aero Club de España. Momentos para recordar REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Junio 2016 555


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