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El X-47B también ha realizado pruebas de reabastecimiento en vuelo. ro, pero todavía deben resolverse muchos problemas técnicos para que se encuentren plenamente operativos. En futuras contiendas, quizá la forma más sencilla de vencer consista en enviar 10 UCAVs por cada F-22, F-35 o cualquier otro caza de última generación y esperar que estos se queden sin defensas. Producir más cantidad pero a un precio muy bajo puede que sea mejor que fabricar aviones muy complejos y caros. Quizá el mejor ejemplo esté en las lecciones aprendidas de los tanques de la Segunda Guerra Mundial. El tanque Tigre, desarrollado por el ejército nazi, era el mejor tanque fabricado al final de la contienda. Tanques como el norteamericano Sherman no tenían ninguna posibilidad de sobrevivir a un enfrentamiento directo. Sin embargo, los Sherman acabaron con toda la población de tanques Tigre gracias a que fueron diseñados para producirse en grandes cantidades, además de ser muy rápidos y fiables. Los tanques Tigre, por el contrario, eran muy complejos de fabricar y con numerosos problemas de fiabilidad y las pocas unidades producidas acabaron siendo exterminadas por los enjambres de tanques Sherman. Lo que sí que parece seguro, al menos a medio plazo, es que los UCAVs cambiarán los criterios de diseño de los futuros aviones de combate tripulados de tal manera que éstos delegarán en los UCAVs las misiones más peligrosas pero con menos consciencia situacional como la supresión o destrucción de defensas aéreas (SEAD) o la destrucción de instalaciones de misiles tierra-aire (SAM). Los futuros cazas seguramente tendrán una capacidad de carga inferior, donde se llevarán armas más pequeñas pero más precisas en lugar de bombas de 1 tonelada como la Mk.84, desarrollada en 1946, y que cazas como el JSF todavía transportan hoy en día. Los nuevos cazas también delegarán parte del armamento a los UCAVs que les acompañen. Estos seguramente también incorporarán armas láser que los protegerán de misiles. En resumen, seguramente acabemos viendo cazas tripulados muy pequeños que situados a la retaguardia se encargarán de establecer objetivos a un enjambre de UCAVs que le acompañen. A más largo plazo, hablemos de 50 años, los UCAVs habrán superado seguramente muchas de las limitaciones que comentábamos anteriormente y estarán dotados en mayor o media de Inteligencia Artificial. Sólo tenemos que recordar que hace 50 años, el ordenador que controlaba el Apolo XI era equivalente a una calculadora y muy por debajo de las capacidades que cualquier Smartphone proporciona hoy en día. Teniendo en cuenta que el crecimiento tecnológico es exponencial y que se tarda mucho en conseguir logros en los comienzos, la tecnología disponible dentro de 50 años no hará más que sorprendernos con nuestro conocimiento de hoy en día. Pero eso será ya objeto de otro artículo más especulativo. Espero que este artículo sirva para iniciar un debate sobre cómo serán los cazas dentro de 15-20 años y el rol que deben tener los UCAVs a medio plazo. • El UCAV X-47B realizó su primer aterrizaje en un portaaviones en julio de 2013. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Julio-Agosto 2016 607


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