Page 242

REVISTA GENERAL DE MARINA 270-4 SUP CERVANTES

CERVANTES, SOLDADO DE MAR DE INFANTERÍA ESPAÑOLA. BATALLA Y... rar Túnez y La Goleta, el poderoso fuerte que controlaba la entrada y salida a la laguna en cuya orilla se asentaba la ciudad. Contaba con el tercio de Lope de Figueroa, nuevamente reforzado, y otros, que desembarcaron silenciosamente de noche y por sorpresa —al mando personal y directo de Álvaro de Bazán, por expresa decisión de don Juan— para tomar la ciudad, que capituló sin lucha al ver al amanecer a una poderosa fuerza enemiga acampada a sus puertas sin que se hubieran apercibido sus habitantes; con ella capituló el fuerte de La Goleta y Bizerta ofreció al poco sumisión a Felipe II. En estas acciones también participó Cervantes —lógicamente en la compañía de Ponce de León—, tal y como declararon algunos testigos en 1578, a petición del padre de Cervantes, y relató él mismo en su memorial al Rey en 1590. Finalizada la jornada, don Juan se retiró a Cerdeña, dejando al tercio de Figueroa de guarnición en La Goleta y Túnez con 18 de sus 42 compañías, otras 4 a disposición de la Orden de Malta, y 10 más para proteger la «marina » italiana (la costa y sus puertos), quedándose la escuadra solo con las 10 restantes, entre las que estaba la de Cervantes. La escuadra invernó en Cerdeña durante seis meses, pasando después a fondear en Génova y La Spezia. No obstante, las plazas conquistadas quedaban insuficientemente guarnecidas, pese a que se dedicaron más de 8.000 hombres a esa tarea. Tampoco Felipe II era partidario de mantenerlas —por lo oneroso que le resultaba, empeñado como estaba con la guerra de Flandes— y había decidido derruir los fuertes, pero don Juan se empeñó en mantener la guarnición, haciendo caso omiso de las instrucciones del Rey. Ante esta situación, Uluj Alí, en 1574, ya sin la flota de la Liga acechando a la suya y firmada la paz con los venecianos, con una fuerte escuadra y numerosas tropas, se dirigió en rápido movimiento a recuperar las perdidas Túnez y La Goleta. La plaza y fuerte, pese a sus deficiencias, tenían por defensores a unos excelentes soldados; los hombres de Uluj Alí atacaron la ciudad —cuya guarnición resistió lo que pudo y al ver que se derrumbaba la defensa, rompió el cerco y se refugió en La Goleta—. Posteriormente asediaron este fuerte, el punto clave de la defensa de Túnez, realizando numerosos asaltos generales y tomándolo al cabo de pocos días, no sin encarnizada resistencia, que acabó con casi todos los defensores, quedando los restantes prisioneros. Don Juan intentó auxiliar la plaza con su flota, pero vientos contrarios impidieron que llegara en tiempo oportuno, y cuando eso sucedió, tanto Túnez como La Goleta estaban ya en manos del almirante turco, por lo que la flota regresó a Cerdeña. Con ella iba Cervantes, esta vez sin que hubiese combatido. En 1575 regresaba a España desde Nápoles, en compañía de su hermano Rodrigo, en la galera Sol en conserva con otras tres. Llevaba cartas de recomendación de don Juan y del virrey de Nápoles, don Gonzalo Fernández de Córdoba, duque de Sessa, para que el Rey le autorizara a levantar una compañía como capitán, pero al pasar por el golfo de León un fuerte temporal de 24 Mayo


REVISTA GENERAL DE MARINA 270-4 SUP CERVANTES
To see the actual publication please follow the link above