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REVISTA GENERAL DE MARINA 270-4 SUP CERVANTES

L. SOLÁ BARTINA planes reclamó para sí la autoría de su concepción y liderazgo, solicitando que recayese sobre él el castigo del que pudieran ser acreedores los fugados para librar de él a sus compañeros, que dijo eran inocentes. Esto, que hizo en los cuatro intentos de fuga fallidos, pone claramente de manifiesto el valor mostrado en todas las ocasiones, su alto sentido del honor y de la moralidad y la camaradería como soldado viejo que era. De regreso a casa, entró en la Península por Denia el 24 de octubre y de allí marchó a Valencia, y en noviembre o diciembre estaba con su familia en Madrid (23). De allí, en mayo de 1581, se trasladó a Portugal, donde estaba la corte de Felipe II, con el propósito de pretender algo con que organizar su vida y pagar las deudas que su familia había contraído para rescatarle, sirviendo al Rey en sus tercios o donde fuere. Allí le fue encomendada una misión reservada, para realizar «ciertas cosas de nuestro servicio», que llevó a cabo con el alcaide de Mostagem y en el presidio de Orán, sin duda debido al profundo conocimiento que tenía de las costumbres y tierra de los moros. No se tienen más detalles de la misión, salvo la documentación que obra del pagamento por esos servicios (24). Finalizada esta comisión regresó a Lisboa. Desde esta fecha no aparecen otros documentos que nos permitan conocer sus actividades militares, salvo las declaradas por él mismo en el memorial al Rey ya mencionado: que «después de libertados fueron (con su hermano Rodrigo se refiere) a servir a S. M. en el Reino de Portugal y a las Terceras con el Marqués de Santa Cruz…». El servicio al Rey en Portugal podría ser la comisión que le encargaron para Mostagem y Orán, pero tal vez haya algo más, puesto que declara haber servido, además, con el Marqués de Santa Cruz en las Terceras. El prior de O Crato, don Antonio, se negaba a aceptar a Felipe II como rey de Portugal, y su ejemplo era apoyado por las clases populares del vecino país, aunque no por la mayoría de la nobleza ni por la burguesía. Aquellos contaban con el apoyo tácito de Francia e Inglaterra (25) por lo que estaba en peligro la posesión de las Azores, archipiélago de extrema importancia para la seguridad de las flotas de Indias y de la India a su regreso a la Península. El rey Felipe decidió tomarlas de grado o por la fuerza, (23) RIQUER, Martín de: Ibídem, p. xLVIII. (24) Valladolid, AGS, Libro 36.º del Negociado de Mar y Tierra-Guerra (hoy denominado Guerra Antigua), hojas 257 y 258 (fecha de 21/5/1581), por el que recibía en Thomar (Portugal) una doble Real Cédula por la que se mandaban pagar 50 escudos, por una vez, de un total de 100 que acabaría de cobrar en Cartagena al finalizar la comisión. AGS, Libro de Contaduría Mayor de Cuentas, 2.ª época, legajo 1.777, fecha 26/6/1581, Cartagena, de Lope Giner, Pagador de Cuentas de S. M. en Cartagena, que abarca de los años 1581 a 1584, que declaraba haber pagado otros 50 escudos a Cervantes. SLIwA, k.: Documentos cervantinos…, pp. 120-121. (25) Aunque no en público, Francia e Inglaterra manifestaron en diversas ocasiones no estar en guerra con España. Por eso fue tan duro el marqués de Santa Cruz, por orden del Rey, al castigar como piratas a los prisioneros habidos en la batalla naval. 2016 27


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