Page 254

REVISTA GENERAL DE MARINA 270-4 SUP CERVANTES

VIDA MILITAR DE MIGUEL DE CERVANTES Como una vez que regresó la escuadra a Corfú, los venecianos, sin dar cuenta a sus aliados, firmaron paces con los turcos, influyó esta decisión para futuros planes y produjo profundo disgusto en el Papa y en el Rey de España. Este, entonces, dispuso que don Juan marchara a África, llevando una expedición compuesta de 20.000 soldados, entre la que estaba el Tercio de Cervantes. El desembarco se realizó en La Goleta, desde donde partieron las tropas para Túnez, ocupando las mandadas por el Marqués de Santa Cruz, que éran cuatro compañías del Tercio de Lope de Figueroa, la ciudad y la alcazaba. Después de esta operación se entró en Bicerta, y para más asegurar lo conquistado, don Juan dispuso la construcción de un fuerte, a pesar del parecer contrario del Duque de Sesa y Marcelo Doria y de las órdenes del Rey, que, considerando esta expedición como de castigo, más que de otra cosa, ordenó que se desmantelaran todas las fortificaciones que se cónquistaran. Una vez terminada la campaña, el Tercio de Figueroa fue destinado a Cerdeña, siendo relevado en tierras africanas por tropas que carecían de su veteranía. Pasó luego a Génova, donde estuvo poco tiempo, ya que, por la pérdida de La Goleta, se tuvo que realizar una concentración de fuerzas en Nápoles, Sicilia y Mesina. Mas como el socorro a la plaza sitiada no pudo realizarse, el Tercio de Figueroa regresó a Nápoles, en donde Cervantes, a finales de junio o principios de julio de 1575, solicitó licencia para regresar a España. En el viaje de Italia a España, fue cuando, apresada por piratas berberiscos la nave que lo conducía, sufre Cervantes su largo cautiverio, durante el cual demostró numerosas veces su valor, condiciones de mando y abnegación, No podía actuar de otra forma aquel que durante unos seis años había sido miembro de dos de los Tercios más disciplinados y aguerridos de su época, considerados por sus diferentes generales como tropas seleccionadas, dispuestas a convertir en victorias cualquier acción que se les encomendara. Cuando después de cinco años de cautiverio, en los que él mismo dice que «aprendió a tener paciencia en las adversidades», una entre las muy numerosas que a lo largo de su vida tuvo, regresó a su patria cuando Felipe II acababa la conquista de Portugal. Mas si la ocupación de la parte metropolitana del reino fue rápida, quedaban por someter a las islas que se habían pronunciado por el Prior de Crato. A Cervantes, una vez más le llama la milicia y apresurase a enrolarse de nuevo en su antiguo Tercio, que continuaba al mando de don Lope de Figueroa, entonces ya con el grado de Maestre de campo general. Organizada la expedición, embarcaron las tropas en Lisboa, dedicándose la escuadra, como primera providencia, a la protección de las Flotas de Indias y de la Flota portuguesa, que venía de los establecimientos lusitanos en Oriente, cumpliendo con exactitud su cometido, mas el desembarco proyectado en las islas Terceras, por desacuerdos entre don Lope y don Pedro Valdés, Comandante de otra escuadra, les hizo desistir en el empeño. 36 Agosto


REVISTA GENERAL DE MARINA 270-4 SUP CERVANTES
To see the actual publication please follow the link above