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REVISTA GENERAL DE MARINA 270-4 SUP CERVANTES

J. FERNÁNDEZ GAYTÁN Tocó a Cervantes por dueño el arráez Dalí Miami, renegado griego; como quiera que éste le encontrara las cartas de recomendación que llevaba, creyó que aquél sería un caballero principal español y persona de gran reputación y calidad, por lo cual pensó conseguir un rescate muy crecido y ventajoso; por tanto, quiso asegurarlo cargándole de cadenas y poniéndole guardias de vista, vejándole y molestándole fieramente, a fin de que, tras el largo padecer, solicitase su libertad. Sin embargo, Cervantes creyó poder arreglar todo por sí mismo; para ello se puso de acuerdo con otros esclavos cristianos, especialmente con don Francisco Meneses, capitán que había sido en La Goleta; don Beltrán del Salto y de Castilla, también hecho cautivo en dicha plaza; los alféreces Gabriel de Castañeda y Ríos, el sargento Navarrete, un caballero llamado Osorio y otros más. Para conseguir su liberación, entabló relaciones con un moro de su confianza, a fin de que les sirviera de guía y los llevase por tierra a Orán. Ya puestos en marcha, el tal moro los abandonó, viéndose obligados a volver a Argel. De nuevo los malos tratos, en particular Cervantes, el cual, por este intento de fuga, fue cargado de cadenas y se le estrechó mas su prisión y encerramiento. De todo esto nos contará él en una epístola: Cuando llegué vencido y vi la tierra tan nombrada en el mundo, que en su seno tantos piratas cubre, acoge y cierra, no pudo el llanto detener el freno, que a mi despecho, sin saber lo que era, me vi el marchito rostro de agua lleno. Sin embargo, a nuestro don Miguel no se le quita de la cabeza la evasión. En tanto, habían llegado a Argel unos frailes redentoristas, con el fin de rescatar cautivos. Con ellos traían una cierta cantidad que el padre del inmortal escritor había conseguido, empeñando su propia hacienda y el patrimonio de sus hijos quedando por consecuencia reducido a la mayor estrechez y pobreza. Al recibir Cervantes estos dineros, trató de ajustar su rescate con su amo, Dalí Mami, pero como quiera que éste le consideraba un personaje principal, y siendo grande su codicia, creyó corto el precio ofrecido y se negó en rotundo a entrar en ningún trato. Por ello obtuvo Cervantes el rescate de su hermano Rodrigo, esclavo del rey de Argel, Ramadán Bajá. Corría el año 1577 cuando fue liberado Rodrigo, a quien su hermano había encargado que, llegado a España, procurase se aprestase una fragata armada que, desde las costas de Valencia, Mallorca o Ibiza arribase al punto que se le señalara, en las cercanías de Argel, para liberar y conducir a España a Cervantes y a otros cristianos. Para mayor facilidad, obtuvo éste cartas de don Francisco de Valencia y don Antonio de Toledo, caballeros de la Orden de San Juan, cautivos como él en Argel, a fin de que rogasen a los virreyes de dichas provin- 1971 45


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