RUMBO A LA vIDA MARINA generoso suplemento bromatológico a sus dietas. Hemos visto que la formación de epitocas tampoco es rara en alguno de nuestros poliquetos, pero en comparación con la desbordante multitud del palolo su presencia en los mares españoles no pasa de ser anecdótica. En las líneas que nos preceden han desfilado Eunice y las nereidas dando nombre a varios gusanos poliquetos. Pues mira qué cosas. El mundo es un pañuelo: Eunice en la mitología griega es una de las 50 nereidas, una de las ninfas marinas que eran hijas de Nereo y de Doris y que simbolizan todo lo que tiene de dulce y amable la mar, en contraposición con las peligrosas sirenas, cuyos cantos tuvo que oír Ulises atado de pies y manos al palo mayor de su barco, no fuera a ser que, loqueado de pasión, se tirase al fondo de la mar con la intención de perseguirlas y pereciese ahogado entre sus crueles brazos. Sin embargo, las nereidas formaban parte del séquito de Poseidón, ayudaron a los argonautas en la conquista del Vellocino de Oro y subían a superficie desde el bentos, supongo yo, a lomos de delfines e hipocampos para hacer felices a los marineros y llenarlos de riquezas, en un remedo de lo que hace el gusano palolo, al que Grube, en 1840, incluyó con tino clasificatorio y con un atisbo de romanticismo en el género Eunice. Oh, Galatea, tú eres el barco mejor/ Tú te cimbreas desde babor a estribor. A la derecha de la magnífica acuarela del marinista Manuel García García, tomada del blog Buque Escuela de Maniobra Galatea, Arminio Sánchez Mora, aparece el más bello velero que tuvo España. Hoy está restaurado en Glasgow con el nombre de Gleenle. Un lejano, doloroso e irrecuperable capítulo de la historia de nuestra Marina de Guerra. 652 Mayo
REVISTA GENERAL DE MARINA 270-4 SUP CERVANTES
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