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REVISTA GENERAL DE MARINA 2016

dente exactitud y desde que Ptolomeo cometiera un importante error al medirla, por el que Colón se hizo a la mar en busca de Cipango, ignorando la infinita cantidad de agua que había en medio. Afortunadamente tropezó con América. Pero lo que no se tenía muy claro en los años del guardia marina Ulloa era su forma. Unos pensaban en una esfera perfecta. Otros, como algunos eminentes astrónomos franceses, argumentaban que se asemejaba a un melón, alargada por los polos y contraída por el ecuador. Y algunos, como el conocido físico y matemático inglés Newton, sostenían que más que melón era sandía. La solución pasaba por medir las longitudes de dos arcos de meridiano de un grado, uno localizado cerca del ecuador y otro próximo al Polo Norte. Si la longitud medida sobre el ecuador fuera mayor, la Tierra sería achatada por los polos, y achatada por el ecuador en caso contrario. La Academia Francesa de Ciencias organizó una expedición al círculo polar ártico y otra al ecuador que pasaba por territorios aún no explorados de África e Indonesia y también por Perú. Para acudir a ese territorio debía contar con el consentimiento de Felipe V y con la participación de científicos españoles, que el Consejo de Indias recomendaba fueran: «…uno o dos sujetos inteligentes en las Matemáticas y Astronomía…» de la Escuela de Guardias Marinas. De esa forma se eligió a Jorge Juan y al propio Ulloa, de 21 y 18 años de edad respectivamente. Fueron ascendidos a tenientes de navío para equipararlos a los oficiales franceses y, además de las observaciones topográficas y astronómicas, se les encargó un profundo estudio que incluyera el estado político, militar y naval de plazas y arsenales, la conducta de los jefes y demás empleados públicos, de la administración de justicia, costumbres de los habitantes, en particular de los indígenas. Debían realizar estudios botánicos, planimétricos, perfeccionar la Geografía y la Navegación, etcétera. En realidad, a la Corona hispana, más que saber si la Tierra tenía forma de melón o de sandía, lo que le interesaba era conocer la naturaleza y justicia en el gobierno de sus territorios ultramarinos y el trato recibido por sus súbditos. El mismo Von Humboldt manifestó que la Corona española era la que más había invertido en el estudio de la naturaleza americana en todos sus campos. Numerosos científicos la estudiaron de un confín a otro, como Martín Sessé, José Mociño, José Celestino Mutis, Alejandro Malaspina, Félix de Azara, Hipólito Ruiz, José Pavón, Vicente Cervantes y tantos otros, además de Jorge Juan y Ulloa, incluyendo expediciones como la de la viruela de Francisco Javier Balmis, con el objetivo de vacunar a toda la población indígena del Imperio. Sin embargo, los exhaustivos informes de nuestros ilustrados, que entre otras cosas recogían los abusos a la población indígena y la corrupción de los funcionarios, también se usaron para crear la Leyenda Negra contra España, y Ulloa no se libraría de ser víctima de esa manipulación, como veremos más adelante. TEMAS GENERALES 2016 403


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