Page 39

REVISTA GENERAL DE MARINA 2016

TEMAS GENERALES diciembre de 1925, 38.178.433 pesetas, siendo el capital acciones de 55 millones de pesetas, de 10.884.221 pesetas el fondo de reserva estatutario, y de 52 millones de pesetas el importe de las obligaciones en circulación, todo lo cual permite apreciar el gran estado de solidez de la Sociedad y el esfuerzo y labor que viene desarrollando desde su constitución». Pero no solamente era importante la posición financiera de La Naval, también lo eran las construcciones: «asciende a 97 el número de buques construidos para la marina militar y mercante, con un desplazamiento total de 297.237 toneladas y una potencia de máquinas de 772.438 caballos». El Gobierno le había adjudicado un crucero similar al Príncipe Alfonso y tres destroyers tipo Churruca. Durante el año «ha entregado la Sociedad a la marina de guerra el cañonero Dato, el destroyer Lazaga y los sumergibles números 3 y 6 de la serie B, estos últimos dotados de maquinaria Diesel, que ha sido construida por primera vez en España, por los talleres de la Sociedad de Sestao (Bilbao), habilitados convenientemente para ello». Entre las obras en curso, la Memoria mencionaba las de los cruceros Príncipe Alfonso y Almirante Cervera, destroyers Churruca, Alcalá Galiano y Sánchez Barcáiztegui. Presumía de que «el primero de los cuales ha alcanzado en sus pruebas de velocidad, recientemente celebradas, más de 39 millas por hora». También se mencionaba el interés suscitado en la Marina de Argentina por las construcciones de la SECN (12). Podemos, frente a este enorme poder, interrogarnos: ¿podía romper el monopolio Horacio Echevarrieta? ¿No sería fútil su pretensión? El cuarto factor favorable fue el aumento de los presupuestos derivados de la aprobación de otro programa naval en 1926, que autorizaba un gasto de 598 millones de pesetas en nuevas construcciones en diez años y medio. El nuevo plan —apunta el profesor Antonio Cubel— provocó una revitalización de los gastos, que alcanzaron los valores más elevados de todo el periodo, con un máximo en 1929, cuando solamente en un año se invirtieron más de 100 millones de pesetas. Durante la Dictadura se desembolsaron de media 80 millones al año en construcciones navales (13). Las realizaciones y los fracasos Echevarrieta consiguió, gracias a sus importantes contactos, que el gabinete le confiase la realización de cuatro importantes proyectos: la ejecución de un buque escuela para la Armada española, la Fábrica Nacional de Torpedos, el submarino E-1 y un buque tanque. Solamente el primero fue coronado por (12) La Ilustración Financiera, núm. 826, 9 de junio de 1926, p. 7. (13) CUBEL, A: «Los efectos del gasto del Estado en la industria de construcción naval militar en España, 1887-1936», en Revista de Historia Industrial, núm. 5, 1994, pp. 101 y 102. 422 Abril


REVISTA GENERAL DE MARINA 2016
To see the actual publication please follow the link above