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REVISTA GENERAL DE MARINA 2016

TEMAS GENERALES en el mar de Scotia, no encontrándose ninguna otra actividad para aquellas fechas ni lugar. Para la operación de apoyo se contó con la ayuda de la Aviación Naval, que tenía que poner en el aire aquella mañana un avión de exploración. La ruta de aquel vuelo estaba marcada por varios puntos que describían una «Z», evitando la proximidad de la entrada del estrecho de San Carlos y teniendo como puntos próximos a las islas los extremos de ella, comenzando el alejamiento a la entrada del Estrecho desde la isla Gran Malvina con rumbo S hasta un determinado paralelo, para volar con rumbo NNE hasta el extremo de la isla Soledad. Aquella mañana, a las 08:38, despegó el 2-P-202, al mando del capitán de corbeta Kalauz, aterrizando a las 13:37, y como novedad a destacar, según el libro Historia de la Aviación Naval, avistó a los buques Cabo de Hornos y Gammaga (14). Una hora después despegaba el mismo aparato al mando del teniente de navío Fortini, quien obtendría varias señales electrónicas sobre la entrada sur del estrecho de San Carlos; para entonces ya se había realizado el ataque. Se desconoce si esta segunda misión estaba relacionada con la del ataque o fue por cuenta propia de la Armada. Otro de los aspectos que se cuidó aquel día fue el compartir la información de Inteligencia entre las fuerzas. En estos años se ha comentado que los ataques realizados en las grandes operaciones aeronavales, con el resultado del hundimiento del HMS Sheffield y Atlantic Conveyor, estuvieron auspiciadas por los soviéticos (15). Existen dos libros que dan una cierta credibilidad a este comentario en algunos aspectos: Malvinas. Su advertencia termonuclear, que cuando fue publicado se podía considerar por sus comentarios de «ciencia ficción»; y otro aparecido recientemente, que afirma que el buque fue alcanzado y hundido. Este último escrito por un ruso que vivió la guerra de niño en Montevideo porque su padre trabajaba en la embajada, y que investigó e interrogó a algunos altos cargos de la cúpula miliar soviética de entonces. Se suman además a esta versión las opiniones de los diversos servicios de Inteligencia de los Estados limítrofes, que algo sospechaban. Bajo esa teoría, según comenta Isidoro Gilbert en su libro El Oro de Moscú, donde describe la trama de cómo se trasmitía esa información, deben de constar mensajes, que oficialmente «no existen», en los que se demostraría que ese día los pilotos salieron con dos posiciones de inteligencia estimadas del grupo de batalla británico: la proporcionada por los análisis del radar Malvinas y otra de fuente desconocida, a la que llamaremos «el (14) Este libro no menciona nada al respecto de si era este el vuelo al que hace referencia el mensaje que ordena la misión, como tampoco se sabe si este avistó al Volzhanin que aparece en el mensaje correspondiente a ese día sobre actividad naval alrededor de las islas. Tampoco hay muchos más para elegir por el horario. (15) Isidoro Gilbert, exjefe de la agencia TASS en Buenos Aires. Contado en su libro El oro de Moscú. Editorial Sudamericana, 1994. 2016 437


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