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REVISTA GENERAL DE MARINA AGO-SEPT 2016

EL ARMA AÉREA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO. CAMINO DEL CENTENARIO... to al que pertenece, sino por el empleo que hace de su aeronave en el medio para el que ha sido formado, y solamente así se puede hablar de piloto del Ejército de Tierra, piloto naval, o piloto del Ejército del Aire. La evolución, el resultado de la adaptación de las armas al entorno marítimo, es también el origen del piloto naval, que se inicia en el empleo de las aeronaves y continúa a lo largo de su carrera en destinos de apoyo, planeamiento o dirección del Arma Aérea. Quién debe emplear y controlar los medios Lucifer, el ángel más bello, quiso ser dios; su soberbia le valió el desprecio de Dios y el destierro del Paraíso. (bruno S. Zegers). He intentado seguir un razonamiento simplista y cartesiano, sin dejarme influenciar por otros factores políticos o competenciales que con toda seguridad hay que considerar. Pero si tenemos en cuenta los principios orgánicos de Taylor sobre diseño de organizaciones, estas surgen de la necesidad, y no al revés. Por lo tanto la aviación como arma estará bajo el control de los Ejércitos de Tierra, Armada, o Ejército del Aire para su utilización en la consecución de sus objetivos particulares. En el caso de la Armada, la Aviación Naval debe poder realizar idénticos cometidos a los asignados al resto de la Fuerza Naval, los ya conocidos y los que estén por venir. La defensa de los intereses marítimos en teatros de operaciones alejados del radio de acción de la aviación basada en tierra es la tarea encomendada a la Armada y para ello debe dotarse a la Fuerza Naval con instrumentos eficaces, capaces de distender, disuadir y atacar a quien pudiera amenazar los intereses de la nación. Privar a la Armada de esas herramientas implica admitir una debilidad que el enemigo intentará aprovechar. Todas las marinas de nuestro entorno cuentan con una aviación propia, bajo su mando directo y manejada por personal formado en el ámbito naval y con una mentalidad a tono con sus tácticas y doctrinas. En la medida en que las Fuerzas Armadas asuman completamente su responsabilidad en el ámbito asignado, terrestre, marítimo o aéreo, se conseguirá un mejor aprovechamiento de las aeronaves en términos de rendimiento y no de atribuciones o competencias en el sentido político, que en España, quizás por nuestro carácter o por un concepto equivocado de la sana ambición y competitividad, provocaron unas rencillas interejércitos que impidieron el desarrollo adecuado del Arma de Aviación fuera del ámbito del Ejército del Aire. Afortunadamente la lógica se está imponiendo de un tiempo a esta parte, como se plasma en la reciente iniciativa del Ejército de Tierra de crear su sexta Arma, la Aviación de Ejérci- 2016 349


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