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REVISTA GENERAL DE MARINA AGO-SEPT 2016

EL ARMA AÉREA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO. CAMINO DEL CENTENARIO... Vives Vich, verdadero creador de la Aviación Militar española. El 28 de febrero de 1913 se cambia el nombre por el de Aeronáutica Militar, con objeto de incorporar la aerostación, creándose dos secciones: Aviación Militar y Aerostación. Desde sus inicios, esta nueva Arma se abre a la participación de los oficiales de la Armada, de forma que ya en el tercer curso de pilotos participan los alféreces de navío Viniegra y Chereguini y, aunque a lo largo de la existencia de la Aeronáutica Militar un total de 23 oficiales de la Armada se hacen pilotos de la misma, es curioso que ninguno de ellos se incorporara en algún momento como piloto de la Aviación Naval. Para algunos oficiales de la Armada, quizá pocos, era notoria la necesidad de una aviación naval propia, ya que tanto sus tácticas como la mentalidad necesaria de las dotaciones debían ser muy distintas de las de la Aeronáutica Militar. Estos planteamientos dieron lugar a muchas confrontaciones y descalificaciones, tanto con el Ejército de Tierra como incluso dentro de la propia Armada, por lo que solamente la tenacidad de algunos, dirigidos por el ministro de Marina, contralmirante Manuel de Flórez y Carrió, y finalmente el apoyo directo de S. M. el rey Alfonso XIII permitieron que en San Sebastián, el día 13 de septiembre de 1917, el ministro presentara al Rey la Exposición de motivos para la creación de la Aviación Naval, y que en el posterior Consejo de Ministros del día 15 de septiembre el monarca firmara el decreto de creación. Hay que resaltar varios aspectos. Por una parte, el extremo cuidado que se pone tanto en la Exposición como en el decreto de creación por enlazar la nueva Aviación Naval o Aeronáutica Naval —que de las dos formas se nombra— con la Aeronáutica Militar, hablando de la formación de nuestros pilotos en sus escuelas, de tratar de utilizar un mismo material aeronáutico, incluso de especializar a personal del Ejército, lo que demuestra la clara intención de frenar las seguras críticas que se iban a producir. Por otro lado, desde un principio se decide que se instale en Cartagena la Escuela de Aviación Naval, algo lógico teniendo en sus proximidades el mar Menor, iniciando lo que pronto será la gran base Aeronaval de San Javier. Otro aspecto importante es la creación de una industria propia de construcción de aeronaves, con los años ampliamente desarrollada. Aunque en la Exposición se habla de Aviación Naval y en el Real Decreto de Aeronáutica Naval, hasta finales de septiembre del año 1920 se utilizó la primera denominación, siendo a partir de esa fecha cuando se utiliza la segunda. Desde un principio hay una clara intención en la Armada para colaborar al máximo con la industria española, tratando en todo momento de construir las aeronaves en España y utilizar, siempre que sea posible, motores españoles Hispano-Suiza en sus aeronaves, tratando claramente de homogeneizarlos. No obstante, dentro de la propia Armada eran muchas las voces que no apoyaban esta creación. En la Marina española la mentalidad de muchos 2016 219


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