Page 66

REVISTA GENERAL DE MARINA NOV 2016

TEMAS PROFESIONALES Óvalo asociado a la aurora boreal observada por la fragata Álvaro de Bazán. Mapa ampliado de la posición del buque. en nuestra atmósfera. Por ello, la localización vertical se extiende, normalmente, desde 80-100 km hasta 200. En algunos casos el fenómeno puede alcanzar 300 km, aproximándose a la órbita de la Estación Espacial Internacional. La distribución geográfica también depende de la energía en juego. El campo magnético de la Tierra guía los electrones de tal forma que el resultado de la aurora es un óvalo (ilustración anterior) centrado en torno al polo magnético y que en condiciones de tranquilidad magnética se sitúa a una distancia de 2.000-2.500 km del mismo. Durante la mayoría de las tormentas geomagnéticas, que como veremos enseguida son las causantes en última instancia de las auroras, un óvalo se expande a latitudes geográficas más bajas, pudiendo llegar a los 35 grados. Este fenómeno ha permitido ver auroras en la península Ibérica originadas por grandes tormentas geomagnéticas, como el «Evento de Carrington» en 1859 (Carrington, 1859), que constató la influencia del Sol en el campo magnético de la Tierra, o la que tuvo lugar el 25 de enero de 1938. Esta última fue claramente observada en el noroeste peninsular y sus resplandores rojizos movieron a pensar en incendios en zonas del horizonte provocados por el conflicto bélico en la región. 2016 653


REVISTA GENERAL DE MARINA NOV 2016
To see the actual publication please follow the link above