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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 910

SECCIONES FIJAS REVISTA EJÉRCITO • N.910 ENERO/FEBRERO • 2017  131  las relaciones con Vietnam al levantar el embargo de venta de armamento. Pero también ha alejado a algunos como Tailandia y Filipinas por miedo a la interferencia interna. Pero si los resultados del reequilibrio hacia la región de Obama han decepcionado a muchos, el temor a movimientos de China como la reciente instalación de baterías antiaéreas en siete atolones de las Spratly3, justifican que el almirante Harris, Jefe del PACOM, reafirmase en Australia el compromiso de EEUU con la región y su oposición a la expansión china4. Estrategia filipina de aproximación a China Desde su elección el 30 de junio, los gestos de Duterte han puesto de manifiesto su búsqueda de una reordenación de la política exterior filipina. Así, tres meses después de la resolución del Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya favorable a sus intereses sobre el archipiélago Spratly, y especialmente el arrecife Scarborough, el presidente filipino dejó clara su intención de buscar un «solución pacífica a los conflictos», abandonando de este modo las reclamaciones en el Mar del Sur de China antes de realizar su primera visita de Estado a China. Y en Pekín, Duterte, no solo confirmó la resolución de las disputas sobre los islotes, sino que anunció su «separación» de EEUU y realineamiento con China, e incluso, su sintonía con Rusia5. Indudablemente el principal motivo del acercamiento filipino a China ha sido el interés por disfrutar de los beneficios económicos, que otros obtienen del gigante asiático. Filipinas buscaba, y ha conseguido en gran parte, un nuevo enfoque de las relaciones bilaterales con un acuerdo por valor de 13.500 millones de dólares, que permitirán la apertura del mercado chino a la venta de frutos tropicales, el levantamiento de la prohibición de turismo chino en vigor desde 2014, (un millón de visitantes anuales), mayores inversiones chinas, principalmente en infraestructuras y energía, e incluso la venta de armamento y barcos. Además de todo esto, Duterte ha conseguido un acceso controlado de los pescadores a Scarborough y el apoyo chino en su lucha contra las drogas. Repercusión en las relaciones con EEUU Por el contrario las relaciones de Duterte con Washington han estado marcadas desde el primer momento por la incertidumbre, consecuencia, principalmente, del criticismo norteamericano a la campaña del dirigente filipino contra las drogas y sus 3.400 muertos, acción que también condenaron NNUU, la UE y la iglesia católica EEUU ha tratado de obviar los desplantes de Duterte recalcando que se mantiene el Acuerdo de Cooperación en Defensa (EDCAD) de más de 10 años, y asegurar que continuarían los ejercicios de contrainsurgencia, al igual que los de ayuda de desastres, aunque no los anfibios6. Sin embargo, la realidad es que Filipinas no colaborará en las patrullas en el Mar del Sur de la China, EEUU ha cancelado la adquisición de 26.000 fusiles de asalto y disminuirán a unos 600 las tropas norteamericanas en suelo filipino. Taiwán un nuevo frente en Asia – Pacífico Para complicar aún más la situación en Asia- Pacífico, la llamada de Trump a la presidenta Tsai Ing-wen ha abierto un nuevo frente en la región. Este es el primer contacto de alto nivel de EEUU con Taipei desde que el presidente Carter firmase en 1979 los acuerdos con Pekín reconociendo «una sola China», y las relaciones con Taiwán solo sean de carácter informal. Es posible que el gesto solo fuera una muestra de cortesía, y la respuesta inicial china se limitó a resaltar la importancia de las relaciones chinoestadounidenses y lanzar 10 cazas que han sobrevolado aguas próximas a Taiwán. Sin embargo, posteriores declaraciones de Trump a la cadena Fox indicando que no se siente atado por la política de «una sola China», a no ser que se llegue a otros acuerdos, han provocado la advertencia de Pekín que está «seriamente preocupado»7. En definitiva, no esta claro si se producirá un cambio geopolítico en la región, ni tampoco parece probable un nuevo capítulo en las relaciones de EEUU con Taiwán, pero sí se intenta poner de relieve que Washington no dejará a Pekín ampliar su influencia en el Pacífico. Trump parece decidido a aplicar la doctrina Reagan de mantener la paz mediante la fortaleza mejorando las fuerzas armadas a la vez que pide mayor implicación a sus aliados en Asia-Pacifico. Pero para ello Washington tendrá que apuntalar su credibilidad en la región y tratar a sus aliados como socios y no solo como clientes.


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