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BOLETIN INFANTERIA MARINA 27

EL CUARTEL DE BATALLONES... Ilustración 1. Fachada cuartel de Batallones. Feringán, 1749. AGS, MPD-17-15. constaba de una planta baja y dos pisos. Se estructuraba alrededor de tres patios y tenía dos partes diferenciadas aunque unidas: el Pabellón de oficiales, en la parte más exterior hacia el oeste dando a la fachada principal, y el cuartel propiamente dicho. La idea era que los oficiales estuvieran próximos a la tropa para velar por su higiene y adiestramiento. Feringán presupuestó la obra en 481.628 reales de vellón (el cuartel) y 472.555 reales de vellón y 23 maravedíes (el Pabellón de oficiales). En el “Estado resumen de los caudales invertidos en materiales y jornales para la fabricación de las obras del Real Arsenal de Cartagena” que el sobrestante Mayor de S.M. José Ginés cerró a 31 de enero de 1782, figuran gastados en jornales para el cuartel un total de 1.093.456 reales de vellón, lo que no se aparta demasiado de lo presupuestado, si bien es cierto que en esa fecha el cuartel aún no se había finalizado como veremos más adelante. Para hacernos una idea del coste podemos compararlo con el del Real Hospital de Antiguones que fue, en jornales, de 8.924.863 BOLETÍN DE LA INFANTERÍA DE MARINA 21 reales de vellón. En el plano correspondiente a la fachada (ver Ilustración 1) podemos apreciar su amplitud. Se proyectaron 17 grandes ventanales en cada una de las plantas altas, y 16 en la planta baja, con la puerta de acceso coronada por tres escudos, uno en su dintel, con lo que debían de ser las armas reales (aunque lo que se dibuja en el plano más bien parece sólo un boceto de un escudo real simplificado), y otros dos en la primera planta. Era costumbre incluir el escudo real en la fachada dado que: “…esto conviene en todas las fábricas reales… que en cualquier parte donde se ejecuta será bueno distinguirlo de las demás como obra Real”. El cuartel, de líneas sobrias, típico de las construcciones militares, responde al comentario de Pérez Crespo (ver bibliografía): “Estos edificios militares están caracterizados por la severidad de sus líneas y alzados, vinculada a la imagen de una institución, la Corona y el Ejército, sin concesiones a lo superfluo. Se trata de una arquitectura que sigue sus propios patrones, basados en la racionalidad y en la función, y que buscará la monumentalidad a través de su volumen, su uniformidad, sobriedad, y el empleo del lenguaje clásico como referencia culta. Será una arquitectura que tenderá a proyectarse sobre su entorno, apropiándose del mismo desde un punto de vista visual y físico, imponiendo grandes limitaciones urbanas”. En el plano de la planta baja (ver Ilustración 2) podemos apreciar cómo se adaptó la planta del cuartel, a los edificios colindantes: casa de la Compañía de Jesús y Contaduría de Marina, que se encuentran en la parte superior del plano (en


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