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Revista General de Marina 269 5 dic

una medusa se inclina más de la cuenta, la piedrecilla roza por acción de la gravedad las sensibles paredes del estatocisto y genera una respuesta correctora que devuelve a la medusa a la vertical. Otro avance evolutivo es la presencia de ocelos o manchas oculares en el paraguas de las medusas, que son sensibles a la luz. A ambos, estatocistos y ocelos, podemos considerarlos como los precursores del equilibrio residente en el oído y de los ojos en animales más evolucionados, respectivamente. Ya lo hemos dicho muchas veces: la mar, y dentro de ella el bentos, es el banco de pruebas donde se ensayaron RUMBO A LA VIDA MARINA Actinia equina se ha cerrado y ha tomado la forma de «tomate de mar» para evitar su deshidratación. (Foto del autor). todas las mejoras necesarias para dar el salto a la tierra firme. Y a partir de ahí, llegar al ser más complejo y evolucionado. Gracias a las dos capas germinales o blastodérmicas citadas, los cnidarios están en condiciones de iniciar, además, una primitiva acción muscular, aunque, al carecer de mesodermo, nada tiene que ver con los verdaderos músculos de los animales más complejos. Los cnidarios disponen de células contráctiles en los tentáculos (pueden retraerlos), en el disco oral (pueden abrir o cerrar la boca) y en los septos o mesenterios, así como en sus paredes corporales, permitiendo a muchos cnidarios acortar o alargar su tamaño. El mismo mecanismo produce las características pulsaciones de las medusas, reguladas por un elemental marcapasos nervioso, o la retracción simultánea de los pólipos coralinos en el interior del armazón calcáreo común cuando son molestados, o la de las anémonas al contraerse en la forma de «tomate de mar» para evitar su deshidratación porque se han quedado en seco o porque han sido atacadas Estos animales, que son carnívoros y «pican como ortigas» —de aquí la etimología del filum Cnidaria—, tienen ya una orientación y un «arriba y un abajo» y, aunque carecen de cabeza, presentan una zona oral que actúa de boca y, al mismo tiempo, de ano, normalmente rodeada de tentáculos urticantes. Opuesta a la zona oral está la zona aboral, pedal o «del pie», con el que los individuos sésiles solitarios se fijan en el sustrato bentónico, pie modifica- 2015 909


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