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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 845

Durante 1930, su tío Jorge Loring había fabricado una pequeña serie de cinco avionetas Loring EII, diseñadas por Eduardo Barrón, destinadas a enseñanza y turismo. A Fernando Rein le gustaron las características del avión, lenta pero sencilla y robusta, eligiéndola para su proyectado viaje desde Madrid a Manila. Modificándola, con ayuda de Barrón, para aumentar su radio de acción, fue bautizada con el nombre de “la Pepa” y matrícula EC-ASA, estando impulsada por un motor americano Kinner K5 de 100 CV. Planificado el raid en 13 etapas, éste se inició el 24 de abril de 1932 desde Cuatro Vientos, no teniendo ninguna dificultad hasta sobrevolar el desierto de Arabia, donde comenzó a tener fugas de combustible, teniendo que aterrizar en un pequeño aeródromo para reparar la avería, avería que fue una constante durante el resto del viaje. Durante su larga estancia en Hong-Kong, debido a dificultades administrativas de tipo diplomático, una anécdota, que pasamos a relatar, fue determinante para su futuro segundo viaje. Conoció a un piloto inglés, y tras largas explicaciones sobre las peripecias de su viaje, el inglés le indicó que él venía de Londres y que se dirigía ¡a Australia! Ante el asombro del piloto español fueron a ver la avioneta del piloto inglés, una pequeña monoplaza Comper Swift. Fernando Ruta del primer vuelo Madrid-Manila. Avioneta Loring E-II adquirida por Fernando Rein. quedó impresionado por las características del diminuto aeroplano y ese mismo día cablegrafió al fabricante Niell Comper pidiéndole una Swift para su segundo raid. Superadas las dificultades administrativas, pudo Rein Loring despegar de Hong Kong para efectuar las últimas etapas de su viaje, llegando a Manila el 11 de julio, efectuando un vuelo de 15.615 Km. en solitario, con un avión de diseño y construcción española, salvando toda clase de dificultades técnicas, burócratas y meteorológicas, por lo que desde estas páginas queremos darle todo el reconocimiento que su hazaña se merece. La avioneta E-II se quedó en Manila, regresando el piloto por mar hasta la península, siendo recibido con toda clase de honores por parte del Gobierno y autoridades de la Aeronáutica Civil. En el siguiente artículo relataremos su segundo viaje a Manila, pero veamos su continuidad en la aviación civil. Terminada la guerra civil como teniente piloto de aviación, pasó a volar en 1940 en la compañía Iberia, siendo nombrado jefe de pilotos de ésta dos años más tarde. Durante 1947 es el primer piloto español que alcanza las 10.000 horas de vuelo, siéndole concedida la Medalla Aérea en 1948. Hasta su baja en vuelo, en 1971, había totalizado más de veinticinco mil horas. Falleció en Málaga en junio de 1978 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Julio-Agosto 2015 691


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