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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 112

LA PARTICIPACIÓN DE LOS TERCIOS VASCONGADOS… 187 Iniciados los preparativos de la retirada del Ejército (salvo el Cuerpo de Ocupación que iba a permanecer todavía en Tetuán, hasta que Ma-rruecos verificase el pago de la indemnización de 400 millones de reales señalada en el armisticio), los Tercios tomaron parte en la recogida y embarque del material de guerra. El 26-4-1860 tuvo lugar la firma del tratado de paz, y en los días siguientes se inició la partida de las tropas. Por su parte, el Cuerpo de Ocupación fue puesto bajo el mando del ge-neral Ríos, y en él figuraron muchas de las unidades del antiguo Cuerpo de Reserva (entre ellas, el mencionado Batallón Tarifa), que eran las que menos tiempo llevaban en África. Por este motivo se rumoreó en la pren-sa nacional que la División Vascongada quedaría también en Tetuán a las órdenes de Ríos; una posibilidad que fue enseguida contestada por la prensa vasca, recordando que las Provincias Vascongadas representadas en sus respectivas Juntas Generales habían ofrecido voluntariamente sus Tercios al Gobierno “por el tiempo que durase la guerra” y, además, con esta condición se habían alistado los voluntarios contratados: firmada ya la Paz, lo justo era que estas fuerzas volvieran a las Vascongadas para ser disueltas de inmediato. Quedar de guarnición en Tetuán como guardianes del pago de los 400 millones de reales no podía ser conside-rado un servicio de guerra. Y se recordaba, asimismo, que de acuerdo a la tradición foral y sus antiguos usos y costumbres, los vascongados no prestaban servicio militar en tiempo de paz, sino exclusivamente en las ocasiones bélicas120. Cuestión a la que ya nos referimos en el punto 1 (ver supra). Al confirmarse que los Tercios en efecto emprendían ya la vuelta, y ante la posibilidad de que fueran a entregar las armas en Cádiz (pues, recordemos, les habían sido entregadas en San Fernando procedentes de los parques del Ejército), el periódico Irurac Bat consideró que sería “un espectáculo más honroso y más digno” su regreso al País Vasco “con las armas en la mano”, para más grata satisfacción de ellos mismos y de la población que les recibía, reintegrándolas seguidamente al Ejército121. Así ocurriría en efecto. más tarde saldrían hacia el País Vasco 21 de estos hombres, quedando en el hos-pital otros 12 todavía convalecientes (Euscalduna, 1-6-1860). En reconocimiento por este gesto, las Juntas Generales de Vizcaya otorgarían a Ybarra el título honorífico de “Padre de Provincia”, y las de Álava y Guipúzcoa le dedicarían un voto de gracias. 120  Irurac Bat, 2-5-1860. 121  Irurac Bat, recogido en La España de 9-5-1860.


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