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MEMORIAL INGENIEROS 87

MEMORIAL DE INGENIEROS Nº 87 116H I S T O R I A En 1961, a los 50 años de la creación de la Escuela Militar de Aviación de Cuatro Vientos, es nombrado marqués de Kindelán, que sólo acepta con la aprobación de Juan de Borbón. Muere el 14 de diciembre de 1962, en Madrid a los 83 años de edad. AERÓSTATOS El 24 de julio de 1907 con motivo de la Feria de Julio de Valencia, el Ejército, el Gobierno y las autoridades municipales organizaron un campeonato con el fin de exhibir los aeróstatos. Entre los pilotos estaba Alfredo Kindelán Duany, cuya destreza atraía las miradas de todos los Alfredo Kindelán vecinos que observaron de cerca las ascensiones de los globos. Las duraciones en el aire no tenían un tiempo fijo, pero la ausencia de noticias de Kindelán produjo la preocupación de los espectadores y de las autoridades. En la madrugada del 25 de julio se salió a buscarlo con el torpedero Barceló. A pesar del dispositivo de búsqueda, no fue hasta dos días después cuando se tuvieron las primeras noticias. El Gobierno civil recibió un telegrama en el que se explicaba que el globo perdido fue recogido en altamar, cerca de Ibiza, por el buque inglés West-Point, el cual lo llevó a la Garrucha (Almería). El fervor con el que se recibió en Valencia al aviador demuestra el interés de la época por este deporte de altura. DIRIGIBLES Durante 1905, el gran inventor Torres Quevedo(4) dirige la construcción del primer dirigible español, con la ayuda del entonces Capitán del Primer Depósito de Reserva de Ingenieros Alfredo Kindelán, que entró a trabajar como segundo Auxiliar técnico del Centro de Ensayos de Aeronáutica(5). Los trabajos se desarrollan en el Servicio de Aerostación Militar del Ejército situado en Guadalajara. Finalizan con gran éxito, y el nuevo dirigible, el “España”, realiza numerosos vuelos de exposición y prueba. Este dirigible no debe confundirse con otro posterior de idéntico nombre que el Ejército adquirió en 1910 a la casa francesa ASTRA. Las primeras tareas que realizó Kindelán en el Centro en 1905 consistieron en la construcción de un pequeño generador de hidrógeno, un aparato para comprobar la impermeabilidad de las telas y dos pequeños modelos a escala del globo para estudios de resistencia al viento y estabilidad de forma y en vuelo. Mientras Torres Quevedo estaba implicado directamente en las diferentes pruebas del “telekino”(6) en Bilbao con Pélaez-Campomanes, Kindelán estaba enfrascado en la difícil y laboriosa tarea de construcción del globo y la viga, y la unión de ambos, para lo que contó con diversos ayudantes para el corte de las telas y sus costuras, etc., entre los que se encontraba su propio hermano. En febrero de 1906 el capitán Kindelán marcha a París a recoger los motores Antoinette y encargar las hélices. Desde allí envía una carta a Torres Quevedo donde le informa de las gestiones realizadas y hace entrar en escena a una parte importante de los ingenieros y constructores aeronáuticos franceses más reputados: Mallet, Levavasseur, Tatin o Juillot. Esto le reportará un éxito social internacional pero su relación con el Torres Quevedo comenzará a resquebrajarse: en el número de ese mes de l’Aerophile, con el título de “Un dirigible militar español”, se escribe: “El Capitán Alfredo Kindelán Duany ha terminado para el gobierno español un dirigible del que he aquí algunas de sus características, aunque algunos datos se mantienen en secreto. … Se ha construido por completo en los talleres de la aerostación militar española…”. No es difícil imaginarse cómo pudo recibir Torres Quevedo estas afirmaciones. Según su hoja de servicios, “por R.O. de 4 de julio se autoriza al Capitán Kindelán para que pase a


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