Page 84

MEMORIAL INGENIEROS 87

MEMORIAL DE INGENIEROS Nº 87 TRANSMISIONES 88 El arma nuclear, invierte las vulnerabilidades de las fuerzas convencionales, haciendo al hábitat, más que a los ejércitos, objetivo del adversario. Recordemos que los objetivos de las dos bombas nucleares, arrojadas sobre el Japón, se lanzaron intencionadamente sobre sendas ciudades. Del arma nuclear, basada en la fusión de los átomos pesados, pasarán las grandes potencias al empleo de la fisión de los átomos ligeros, y al empleo masivo de la robótica aplicada a la guerra. Se establecerán estaciones espaciales permanentes, habitadas o no pero robotizadas, y con armas a bordo. Robot de combate Les seguirán bases permanentes en la Luna, Marte etc… El desarrollo de estos medios de combate, conduce, por así decirlo, de una manera natural a la militarización del espacio. Desde el espacio, éstas potencias ejercerán sobre el resto de la humanidad su poder. Las potencias instaladas en el espacio, se enriquecerán todavía más y harán que la distancia tecnológica de las naciones que se han quedado atrasadas, aumente de tal forma, que no les sea ya posible alcanzarlas en el transcurso de varias generaciones. Las potencias que detentan el monopolio del arma nuclear, no permiten que otras naciones, puedan acceder a ella. Hemos asistido así, desde la repartición del mundo, y en particular de Europa, que siguió a la II Guerra Mundial, a una especie de padrinazgo, vasallaje o tutelaje nuclear (paraguas nuclear, travestidas como alianzas) sobre sus respectivas zonas de influencia. Durante la llamada Guerra Fría, se ha podido comprobar entre las grandes potencias que detentaban el monopolio nuclear, su presencia en todos los continentes (con bases permanentes) que les permitieran, en caso necesario, acortar los tiempos de ataque sobre el enemigo, mejorando notablemente la precisión de sus misiles, o garantizar una acción de represalia en caso de ataque por sorpresa. Es importante señalar, que para una potencia nuclear no existen más que dos territorios, el territorio nacional y el otro, el no nacional. Solo la defensa del territorio nacional justificaría el recurso al arma nuclear, el segundo territorio, el no nacional no se “merece que se ponga en juego la vida de la nación”. Solo la calculada ambigüedad sirve tanto en el interior como en el exterior al juego político. Las alianzas que están fundadas sobre el recurso al arma nuclear, para defender a miembros no nucleares, son falaces, pues ninguna potencia nuclear se arriesgaría a una guerra nuclear a menos que esté también en riesgo su propia nación. Por lo tanto la Guerra Fría, fue una completa farsa. Había desplegadas en Europa unas doce mil ojivas nucleares tácticas (la mayoría para ser lanzadas por cañones o por misiles de corto alcance, del orden de 150 kilómetros). Caso de haber estallado el conflicto, se hubiera desarrollado, con alta probabilidad de que las dos grandes potencias no recurrirían al arma nuclear, y en caso de emplearla seria exclusivamente sobre territorio europeo. El bombardero hipersónico de largo alcance, con tecnología stealth (no detectable electrónicamente), todavía sigue siendo el mejor medio de ejecutar un ataque nuclear. Pero a partir de los años 70, se impone el misil de largo alcance (permanentemente mejorado), asociado al arma nuclear mediante ojiva múltiple, y auxiliado por una miríada de satélites artificiales que le asisten permanentemente a lo largo de su trayectoria, y que finalmente le permiten alcanzar el blanco con una precisión insospechada hace tan solo algunas décadas.


MEMORIAL INGENIEROS 87
To see the actual publication please follow the link above