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REVISTA GENERAL DE MARINA AGOSTO SEPTIEMBRE 2014

PRIMER CENTENARIO DEL INICIO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL... de agosto (11). Miranda inmediatamente puso en alerta al crucero acorazado Cataluña, que se encontraba en Las Palmas, y al que ordenaría zarpar hacia Río de Oro cuatro días después del lamentable suceso con objeto de disuadir a los alemanes de realizar operaciones de este tipo aprovechando la neutralidad española. Además, para evitar en el futuro estos comprometidos incidentes, mandaría a su Estado Mayor que realizara varios estudios para reforzar algunas zonas marítimas que pudiesen, por su situación estratégica, verse afectadas por la guerra. No obstante, y debido a la escasez de unidades de la que adolecía nuestra flota, la incapacidad de mantener el control de nuestras aguas territoriales fue a lo largo del conflicto un hecho, y por poner un ejemplo nos viene a la memoria el combate que se desarrolló en el litoral de la isla de El Hierro entre los submarinos alemanes U-156 y U-157 y el británico E-48, el 17 de enero de 1918 (12). Otra de las directrices que se dio fue la colaboración con el Estado Mayor Central del Ejército (13), que debía ser fluida, en especial en todo lo relativo, llegado el caso, a la preparación de los transportes marítimos en la conducción de fuerzas terrestres, y en general en todo lo relacionado con la defensa de las plazas navales y en el estudio de todos los planes militares que exigieran la coordinación de ambas fuerzas. Además se ordenó que se distribuyera, tanto a nuestro EMA (entonces denominado Estado Mayor Central de la Armada) como a los altos mandos, la publicación periódica La Guerra y su preparación (14), que redactaba la sección 5.ª del citado Estado Mayor Central, en el que se daban a conocer puntualmente las enseñanzas que estaba ofreciendo el conflicto, lo que facilitaba la mejora del nivel formativo y profesional de la alta oficialidad con los medios y tácticas empleados en la guerra moderna. (11) Véase el diario El País de su edición del día 7 de agosto, que recoge las declaraciones del ministro, el marqués de Lerma, en la que afirmaba: «Nosotros hemos comunicado a nuestras posesiones de Guinea y Río de Oro la declaración de guerra y la neutralidad de España, encargando al gobernador Sr. Barrera, que estaba con la Comisión de delimitación, que vuelva a Santa Isabel, capital de la posesión...». (12) Por si al lector le quedara alguna duda de la proximidad de los submarinos a la costa, comentar que los tripulantes del U-156, que había sido alcanzado por un torpedo por su adversario, que no llegó a estallar, llegaron a nado a la orilla. Incluso otro torpedo llegó a estallar contra la costa. No sería hasta pasado un mes de la acción cuando un buque de nuestra Armada (el cañonero Laya) se dejó ver por aquellas aguas. Véase CASTROVIEJO VICENTE, Cristino: Submarinos Aliados en la Gran Guerra 1914-1918. Real del Catorce Ediciones. Madrid, 2006, pp. 299-300. (13) Creado en virtud del Real Decreto de 24 de enero de 1916 (publicado en La Gaceta de Madrid del día 26). Su artículo 4.º prescribía la obligación de mantener con el de Marina una comunicación constante. (14) Su primer número salió en mayo de 1916, y la real orden que autorizó su publicación literalmente decía: «Se autoriza al Estado Mayor Central del Ejército para publicar mensualmente una revista técnica dedicada a las enseñanzas en todos los órdenes que se deriven de la presente guerra, y a los progresos que en lo sucesivo aparezcan limitados a fuentes autorizadas de información». Colección Legislativa del Ejército, núm. 92, 1916, pp. 104- 108. 364 Agosto-septiembre


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